Naranjas a pie de calle en Castellón: la venta del campo a la mesa

El gusto por lo ecológico y el kilómetro cero va al alza sostenido por un perfil de consumidor saludable que busca naranjas frescas y las compra directamente al agricultor. Por ello una estampa del pasado, el agricultor jubilado con la silla y el cajón de naranjas en el portal de su casa, y el precio escrito a mano, ha sobrevivido al paso del tiempo.

Naranjas de Castellón, directas del campo a la mesa

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Manolo Nebot

Castellón

Echando la vista atrás. 7.00 h. de la mañana, visita al huerto del abuelo para recolectar naranjas lustrosas y distibuirlas en las clásicas mallas rojas, tras pesarlas. A tantas pesetas el kilo, y rumbo a la antigua carretera N-340 a su paso por Castellón para venderlas. Esto ocurría igual en zonas de la Plana Baixa que en las sénias del Baix Maestrat, allá por los años 70, con el claro mensaje del campo a la mesa, por entonces sin tanto márketing de lo ecológico y el kilómetro cero, tan de moda ahora.

Para el turista, antaño: puestos improvisados junto a la carretera

ALQUERIAS. REPORTAJE VENTA NARANJAS PARTICULARES

ALQUERIAS. REPORTAJE VENTA NARANJAS PARTICULARES / Manolo Nebot

Carla y su prima Tere recuerdan como, en fin de semana, en su juventud, montaban un humilde tenderete en les Alqueries, con varias cajas y unas bolsas, casi por diversión o para sacarse un dinero extra. De pie o sentadas en una silla plegable esperaban la parada de turistas nacionales y extranjeros, muchos fidelizados, que apreciaban tanto la naranja de Castellón. Y no eran las únicas. Pero de aquellas estampas apenas queda nada, salvo algunas tiendecitas de artesanía que combinan la alfarería con la venta de cosecha propia y cítricos frescos.

Isabel: "No son naranjas bonitas de aspecto, pero sí sabrosas"

«Solo tenemos frutas y verduras de temporadas. No son naranjas bonitas, del mismo tamaño, pero la gente de ciudad yo siempre les digo coge la más fea y se dan cuenta que tiene buen sabor. En el súper han llegado verdes, las han metido a la nevera, y desde que llegan al almacén hasta que van al súper pueden pasar dos semanas perfectamente», explica Isabel, sobre el puesto de venta directa con poquito género próximo a una carretera.

Puesto de venta de productos del huerto ecológicos, directamente al consumidor.

Puesto de venta de productos del huerto ecológicos, directamente al consumidor. / Manolo Nebot

«Tenemos también miel ecológica, sin agua ni azúcares añadidos. O botes de garrofón o de picantillos. Vienen a comprar de Nules, de Betxí, de Artana, de todos los sitios. Hay una turista con un guacamayo que se desvía todos los años para vernos, creo que es de la República checa», cuenta. En cuanto al precio, «depende de las que quieras: si una cajita, un cajón o dos, siempre se negocia un poco. Las de zumo no cuestan por las de comer. Ahora vienen nuevas variedades más tardías, como navelina y navelate».

Planta baja y entrada de carro

Otra imagen del pasado pero que sí perdura de manera más generalizada en algunos municipios hoy en día, en especial en Castelló capital, son las plantas bajas donde el pequeño agricultor o agricultora, muchos jubilados, venden parte de su excedente al vecindario. Gran parte aún conserva la entrada de carro, amplia, como su propia nombre indica, para introducir este medio de transporte tradicional y los aperos agrícolas.

Rafa, el excedente de su propia cosecha

En Castelló es frecuente la venta de naranja en bajos, algunos con ‘entrada de carro’.

En Castelló es frecuente la venta de naranja en bajos, algunos con ‘entrada de carro’. / Manolo Nebot

En la ciudad existen barrios que concentran más de lo habitual en bajos; o también en formato de modesto portal con dos o tres cajas y el peso de metal a cargo de llauros con su cartilla agraria. Rafa, de Castelló, tiene huertos en el Caminàs o Penyeta Roja, con naranjos, limoneros, pomelo... Allá donde guarda cajones y herramientas, deja la puerta metálica abierta de par en par y, sobre un tablero, vende naranjas lane late a 2 euros, 2 kilos, de oferta. O pomelos, a 1,50. Es el excedente de su autoconsumo. «Vendo también en el Mercat de la plaza María Agustina, todos los domingos, hasta mayo. Allí tenemos por ejemplo a 1,50 euros el kilo de sanguinelli», relata sobre esta venta de cítricos sin intermediarios, ya con lista de clientes asiduos.

'Tomaset', abierto solo por las mañanas

Agricultores sacan las ofertas de cítricos en sus portales, unas horas cada día.

Agricultores sacan las ofertas de cítricos en sus portales, unas horas cada día. / Manolo Nebot

Otro agricultor de la contornà, de edad avanzada, que se hace llamar Tomaset, ha montado «como todas las mañanas, pero solo unas horas» su pequeño puesto con unos cajones de naranjas y el cartel reclamo con el precio, también de 2 euros, 2 kilos, de modo que sale uno por 1 euro. Y es que, aunque cuánto cuesta depende de la variedad, en un súpermercado low cost de Castellón esta misma semana se puede encontrar la mandarina a 1,79 euros.

Peso metálico en un bajo de particular que vende naranjas.

Peso metálico en un bajo de particular que vende naranjas. / Manolo Nebot

«A mí m’han parit a l’agricultura, però no m’he dedicat a açó -afirma el hombre, de edad avanzada-. Lo tengo como hobby. Cada día pongo la paradeta, poco tiempo. Pasa mucha gente, de aquí y extranjeros. Como afición sí pero como rentabilidad hoy en día tiene los días contados. Aquí mi madre siempre vendía alcachofas, lechuga, de su huerto, pero ahora ya...».

Emilio lleva 35 años con la venta directa en Moncofa

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Emilio, de Moncofa, empezó con un tenderete en casa y ahora las tiene en su frutería. / Miquel Sánchez

Otro caso peculiar, de Moncofa, es el de Emilio, quien lleva 35 años de su vida vendiendo directamente sus propias naranjas al consumidor, comenzó en un pequeño almacén particular y con el tiempo debido al gran éxito e interés incorporó este género a su frutería-verdulería. Como expresa, «del campo a la mesa es la mejor manera de defender un producto de excelente calidad, sin intermediarios y para que al cliente le llegue a muy buen precio». A mediados del mes de octubre empieza a recolectar las naranjas clemenules, que para él, «sin duda alguna es la reina». Para ello está todo el año trabajando sin descanso para que sus campos de cítricos se desarrollen sin ningún contratiempo hasta el momento de que el producto llegue al consumidor. Después llegan variedades como navelina, navelate, y morina.

Remarca que «el agricultor lleva muchos años luchando por su producto y los intermediarios son los que más beneficio obtienen. Por ese motivo yo defiendo mi naranja y quien las compra me lo sabe agradecer». Informa: Miquel Sánchez.

Rosa, un hobby y un servicio a la comunidad

Cochera con productos frescos de huerto propio en Benicàssim.

Cochera con productos frescos de huerto propio en Benicàssim. / Mediterráneo

Por la calle Santo Tomás de Benicàssim también hay varios portales con naranjas y otras frutas o verduras de temporada. Es poco género, el de la huerta particular. Como es el caso de Rosa, que en el local de la Fundació Joan Simó -del legado artístico familiar- expone sus deliciosas naranjas, pero también tomates, cebollas...Relata su familia que ya comenzó con esta venta directa de una pequeña muestra de su cosecha particular con su marido y, ahora que ya no está, lo mantiene, por nostalgia y por convicción. Ya jubilada se distrae con el trato cercano con los vecinos y estos a su vez aprecian un sabor auténtico que ya no se encuentra en los lineales.

Muestra de productos ecológicos, del campo a la mesa.

Muestra de productos ecológicos, del campo a la mesa. / Mediterráneo

«La gente que tenemos más de 50 años sabemos cómo sabe una naranja de verdad, algo que muchos jóvenes no conocen. Se nota cuando es fresca. y en estos sitios solo venden productos de temporada. Si son las últimas variedades de naranja pues traen otras más tardías. Es una fruta ecológica, sin cámaras ni carbonos ni intermediarios», comenta una clienta de este tipo de puestos eco.

El delegado de la Unió Llauradora en Castellón, Carles Peris, valora sobre esta tendencia que «siempre sale más económico comprar on line o vía venta directa las naranjas que en un supermercado, aunque estos a veces lanzan ofertas más agresivas. La fruta directa tiene menos manipulación, no pasa por el almacén; es más fresca».  

Internet: Manuel, el ‘boca a boca’ de sus naranjas es su mejor márketing

Manuel Lara, en su finca de naranjos de Betxí.

Manuel Lara, en su finca de naranjos de Betxí. / Mediterráneo

Envío directo de cítricos ‘on line’: de Betxí a Vizcaya

La venta directa de naranjas, sin intermediarios, cuenta con su alter ego en internet. Estas tiendas on line arrancaron en la década de los 2000, según el blog del Museu de la Taronja de Burriana, quien cita como pioneras «La Mejor Naranja, Naranjas Lola y Naranjas Ché, surgidas en una etapa dura: con minifundios masivos, sin relevo y precios mínimos mientras subían los de producción -sigue igual-». El delegado de la Unió Llauradora, Carles Peris, apunta que «cada vez hay más operadores que intentar vender su producto on line. Es minoritario pero es una oportunidad para el agricultor, para empresas familiares con explotaciones medias y gente joven. No tanto para tonelajes importantes y en la Comunitat, se producen 3 millones de toneladas».

Es el caso de Manuel Lara, de Betxí, de Fresh Naranjas, quien creó una web y hacia el 2016 la mejoró, con tienda on line de naranjas y el apoyo logístico de su propia empresa de mensajería. «Tenemos clientes en Cataluña, Madrid, País Vasco o Navarra, de ciudades como Vizcaya o San Sebastián. Son de clase alta y nos han conocido por el boca a boca», detalla. Una parte de nuestra cosecha (2 hectáreas: unas 25 hanegadas) va a la cooperativa. «Vengo de una familia de terratenientes, que vivía del campo desde hace más de 100 años. ¿Qué sucede? 30 años después la fruta vale lo mismo y los costes van a más. Te pagan a ti la clemenules a 0,20 euros y la venden a 2,50 al consumidor de Vizcaya y de peor calidad (ha pasado por cámara frigorífica, tratada con químicos para conservarse, madurar y colorar. Hay 2 euros y pico que se quedan por el camino los intermediarios». 

Su pedido, en 24 horas, es el reclamo de su tienda de naranjas on line.

Su pedido, en 24 horas, es el reclamo de su tienda de naranjas on line. / Mediterráneo

En los años 70 era habitual ver a turistas comprar naranjas en puestos junto a la N-340.

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