El trasvase de tráfico a la autopista AP-7 bate doble récord en Castellón

Castellón cuenta con dos arterias principales en su red de carreteras: la autovía A-7 o CV-10 y la autopista AP-7, que conectan la provincia incluso con otros territorios vecinos. Miles de castellonenses transitan por ellas a diario y en los últimos años se han producido importantes cambios en el tráfico, que llevan a batir un doble récord.

Los datos recopilados por las estaciones de medición del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, comparando las dos ubicadas en la zona sur, muestran que la autopista está registrando actualmente la mayor intensidad de tráfico de su historia, con una media en 2024 de 43.443 vehículos diarios. Se bate récord de vehículos ligeros, con 31.629, y sobre todo de vehículos pesados, con 11.814. Solo en el último año, se produce un incremento del 0,8% y del 3%, respectivamente, con cada tipo de usuarios.

A la contra, la autovía A-7 bate otro récord, en este caso de mínimo de vehículos pesados, con 5.389 de media al día. También caen los usuarios totales a 26.971, un nivel inédito en más de dos décadas.

¿A qué se debe el trasvase?

El punto de inflexión llegó en 2020, con la gratuidad de la AP-7, haciendo que cada vez más conductores, en especial los transportistas, opten por esta vía. Desde entonces, en cinco años, los vehículos pesados se han triplicado en la autopista y los ligeros están cerca de hacerlo.

El presidente de la Asociación Empresarial Castellonense de Transportes de Mercancías por Carretera (ACTM), Carmelo Martínez, confirma que «desde que se liberalizó la AP-7 es cierto que hay más congestión, lo que es normal teniendo en cuenta que mucho del tráfico que cruzaba la provincia antes iba por la CV-10».

Ganar seguridad

Un escenario que hace más necesaria la mejora de las infraestructuras. Martínez señala que «desde hace tiempo se pide que se prolongue la CV-10 hasta enlazar con la A-7 en l’Hospitalet de l’Infant (Tarragona), lo que permitiría distribuir mejor el tráfico y mejorar la seguridad en carreteras».

El representante de los transportistas considera que «la provincia de Castellón, además de formar parte de una autonomía injustamente infrafinanciada, siempre ha adolecido del olvido histórico, por unos y por otros». «Salvo cuando ha sido ineludible por su ubicación en medio del arco mediterráneo, como la AP-7 o la línea ferroviaria, siempre ha sido relegada en inversión pública, lo que le habría permitido ser más productiva y competitiva».

Como ejemplos, menciona la falta de una conexión de la CS-22 con la CV-10 o la ausencia de una vía rápida que conecte el norte y Zaragoza con la provincia.

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