Las herencias en vida en Castellón repuntan por la política de bonificaciones del Consell

Las herencias en vida se tornaron una opción más apetecible con la entrada del Consell de Carlos Mazón a la Generalitat valenciana en 2023. La bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones al 99% inter vivos entre familiares, es decir, cuando el pariente donante aún está vivo, motivó sobre todo herencias de bienes inmuebles de padres a hijos sin tener que afrontar un engorroso impuesto.

En el año 2024, el Ilustre Colegio de Abogados de Castellón detectó una tendencia en este tipo de donaciones. Según cuenta a Mediterráneo el decano de la institución, Manuel Mata, quien además está especializado en sucesiones, las consultas que recibieron los letrados castellonenses fueron en la línea de aprovechar con prisa la bonificación del Consell. Entiende Mata que ese apremio se debía «al runrún de que el Ejecutivo central crease un impuesto» que en la práctica sirviese para suplantar el tributo de sucesiones y donaciones que ha sido eliminado en la Comunitat. Lo que podría suceder, si el Gobierno de Pedro Sánchez llegase a algo así, es que en las comunidades donde el impuesto de sucesiones y donaciones no existe, sea el Estado el que aplique un impuesto estatal equivalente. El decano de los abogados de Castellón indica que algo similar ocurrió en la Comunidad de Madrid con el impuesto de patrimonio.

Temor

«El año pasado parecía que existía la idea de que se hiciese eso mismo también con las sucesiones y donaciones, algo que iba a desactivar la posibilidad de que las comunidades autónomas estableciesen bonificaciones tan potentes», puntualiza Mata. Sin embargo, al final esta propuesta no salió a la luz y quedó guardada en un cajón debido, en parte, a las complicaciones que el Gobierno central tiene para sacar adelante leyes por su debilidad parlamentaria en el Congreso. «La gente estaba con el miedo en el cuerpo de que una ley pudiese entrar en vigor el 1 de enero de 2025 y obligara a pagar. Eso provocó un adelantamiento de donaciones que en otro caso no se hubiesen hecho. Generó muchas donaciones», puntualiza.

Fue especialmente «a finales del año» 2024 cuando se dio ese repunte de donaciones inter vivos, fundamentalmente de inmuebles «de padres a hijos». Pisos o casas que, de otro modo, los vástagos habrían tenido que esperar a la muerte del progenitor para heredar. Manuel Mata recomienda «asesorarse muy bien» mediante profesionales si alguien quiere hacer este tipo de donación en vida. Y es que si bien la recepción de la herencia está bonificada al 99%, la operación presenta impuestos para la parte del donante.

Pagar el IRPF

«Una donación puede estar bonificada y el que recibe la donación no paga el impuesto sobre donaciones, pero también hay un efecto en otros impuestos cuando uno hace una donación. Por ejemplo, cuando se donan inmuebles de padres a hijos, el padre puede tener que pagar un IRPF por la diferencia con el valor del piso», indica.

Mata lo explica de manera didáctica: «Imagina que un piso que yo compré hace cinco años me costó 100.000 euros y le quiero hacer una donación a mi hijo. Esta donación se hace por el valor real del inmueble y ahora vale 200.000 euros. La comunidad autónoma te dice que el que recibe no tiene que pagar nada, ¿pero qué pasa conmigo que estoy transmitiendo algo? Que tengo una ganancia de patrimonio de 100.000 euros».

Esta situación hipotética, teniendo en cuenta que el IRPF va por tramos dependiendo del valor del bien donado, haría que «quien esté transmitiéndolo tenga que pagar un poco más del 22%» del supuesto valor real. Es decir, unos 20.000 euros en ese ejemplo. El abogado recuerda que «la normativa fiscal es extremadamente compleja». Además, hay otros posibles tributos, como los que puedan poner los consistorios. 

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