Carrasco: «En dos años han cambiado muchas cosas y ahora la opinión de los castellonenses cuenta»

La alcaldesa de Castelló afirma que la ciudadanía ha sido protagonista de las decisiones más importantes, que seguirá trabajando para generar empleo y nuevas oportunidades, y por poner a la capital en el mapa

Begoña Carrasco, en el balcón de su despacho en el Ayuntamiento de Castelló.

Begoña Carrasco, en el balcón de su despacho en el Ayuntamiento de Castelló. / Mediterráneo

Paloma Aguilar

Paloma Aguilar

Castellón

-Alcaldesa, el pasado 28 de mayo se cumplieron dos años de las elecciones municipales que ganó el PP. Sin embargo, no fue hasta el 17 de junio cuando usted tomó posesión en el transcurso de un acto en el que se comprometió «a construir un Castellón entre todos”. Según usted, ¿cómo ha cambiado la ciudad en estos dos años?

-Han cambiado muchas cosas en Castellón. En dos años hemos trabajado muchísimo para cumplir con la palabra dada a los castellonenses que, en definitiva, fue lo que nos pidieron cuando nos dieron su confianza y convirtieron al Partido Popular en la fuerza más votada de la ciudad. Pero, precisamente, si creo que algo ha cambiado en esta ciudad es que lo hemos hecho de la mano de los castellonenses. De la primera a la última de las decisiones que hemos tomado desde el gobierno se ha consensuado con los vecinos. Hemos reactivado los órganos de participación ciudadana, los hemos vuelto a hacer protagonistas de las decisiones importantes de esta ciudad y no ha habido ni uno solo de los grandes proyectos que hemos ejecutado, que estemos ejecutando o que vayamos a ejecutar que, previamente, no hayamos presentado, debatido y consultado. Ahora, la opinión de los castellonenses cuenta… ¡y mucho!

-¿Ser alcaldesa es cómo usted había imaginado?

-Es el mayor orgullo que pueda tener una castellonense que tenga pasión por su ciudad. Poder trabajar para mejorar la ciudad que me ha visto crecer y que me lo ha dado todo es un auténtico privilegio. Tengo un gran sentido de la responsabilidad, por lo que mi máxima preocupación es estar a la altura de lo que esperan de mí y de mi fantástico equipo. La contraprestación es que no hay ni días ni horas en el calendario, y que eso va en detrimento del tiempo personal o familiar. Tengo un marido que me comprende, que me ayuda y que me acompaña y dos hijas pequeñas que ya se han acostumbrado a vivir así (risas). Los castellonenses nos dieron su confianza y nuestra obligación es devolverla en forma de resultados. Honestamente, creo que lo estamos haciendo.

Begoña Carrasco, alcaldesa de Castelló.

Begoña Carrasco, alcaldesa de Castelló. / Mediterráneo

-¿Qué momentos han sido los mejores de estos dos años como máxima mandataria municipal? ¿Y los peores?

-Pues son muchas las cosas que me producen satisfacción, ¿pero sabe cuál es la mejor de todas? Cuando voy por la calle y los vecinos se paran a felicitarme por alguna decisión o gestión que consideran ha sido positiva, porque esa es la grandeza de la política municipal: mirar a los castellonenses directamente a los ojos y poder presentarte ante ellos con la seguridad que da saber que no les has mentido. También me produce una grandísima satisfacción recibir en el Ayuntamiento a las decenas de colegios que vienen a conocer el palacio municipal y su funcionamiento. Sus caras de ilusión, su interés y el cariño que te brindan son impagables. Si algo nos propusimos cuando ganamos las elecciones fue abrir las puertas y ventanas del Ayuntamiento para que volviera a ser la casa de todos. Y le pongo un ejemplo: nada más tomar posesión, di la orden de que se retirara el cordón de seguridad que impedía que los vecinos pudieran acceder por la escalera hasta Alcaldía por decisión del anterior gobierno de PSOE, Compromís y Podemos. Y todavía hoy sigo recibiendo en el despacho de Alcaldía a multitud de representantes de entidades o vecinos que nunca habían entrado en esta sala porque en 8 años, y a pesar de sus reiteradas peticiones, nunca fueron recibidos ni atendidas sus peticiones de reunión. Eso ha cambiado y en dos años han pasado innumerables asociaciones vecinales, clubes deportivos, entidades sociales, empresarios, personas de la cultura, de las fiestas… Castellón ha vuelto a ser la casa de todos. Respecto a qué proyecto me ha generado mucha satisfacción, yo diría que uno de los que mejor sabor de boca me ha dejado ha sido la reforma del Mercat de Sant Antoni. Porque no solo permitió rehabilitar este mercado tradicional, donde se comercializan productos kilómetro 0 y de primera calidad, sino que, además, ha servido para regenerar todo el barrio. Ahora, todos los puestos están cubiertos y se ha convertido en un nuevo centro neurálgico. Estoy muy satisfecha con su resultado. ¿Y lo peor? Pues la angustia vivida por el crimen machista que hubo hace un año en nuestra ciudad, o el incendio del edificio Luropa II. Esos sucesos encogen el corazón. O cómo no, la dana de nuestros hermanos valencianos que, por otro lado, sirvió para generar una corriente de solidaridad sin precedentes en nuestra ciudad que desde el equipo de gobierno, con la ayuda de Cruz Roja y nuestra Protección Civil, nos encargamos de canalizar.

-¿Cuál ha sido el proyecto estrella que han podido ejecutar en estos dos años?

-Dos años parecen mucho tiempo pero, en realidad, en la administración son muy poco. Son varios los proyectos que heredamos del anterior gobierno pero que los encontramos completamente bloqueados o en riesgo de perderse. El Plan de Barrios, que permitirá invertir 17 millones de euros para reformar 600 viviendas de la ciudad; o la Pérgola, que estaba en un pleito judicial; o el Mercado de Abastos, que casi hizo que se perdieran los fondos europeos que tan necesarios eran para adecentar un recinto que es la despensa de la provincia. Los colegios Elcano y Mestre Canós tenían sin firmar el acta de su inicio, la biblioteca no estaba licitada y nos encontramos con una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que no querían los vecinos y que, en la práctica, suponía el cierre al tráfico de todo el centro, una ratonera que iba a matar nuestro casco histórico. En dos años hemos desatascado todo eso, además de consensuar dichos proyectos con los vecinos para que, ahora sí, se ajustaran a sus expectativas y necesidades. Y además de este trabajo, que ha sido inmenso y complicado en muchos momentos, hemos planificado nuestros propios proyectos, como la reforma del Mercado Central, la ampliación del paseo marítimo de Ferrandis Salvador o sentado las bases para ejecutar la primera fase del nuevo parque Censal Parc, de 122.000 metros cuadrados, y que será el mayor bosque urbano de toda la ciudad. Sin olvidar un proyecto estratégico como Logistics, que permitirá habilitar 1,7 millones de metros cuadrados junto al puerto y la futura estación intermodal para albergar nuevas empresas que generarán más empleo, que es la mejor política social. En estos dos años hemos puesto toda la maquinaria municipal a trabajar a mil por hora y no vamos a parar para seguir transformando la ciudad de Castellón. 

-¿Y cuáles son los que, por el momento se han quedado en el cajón?

-No hay nada ahora mismo en el cajón. Tenemos nuestra hoja de ruta clara y calendarizada. Vamos paso a paso. A medida que vayamos concluyendo los que ahora tenemos en marcha o preparados para iniciarlos, plantearemos nuevos. Pero lo importante no son los proyectos en sí mismos, sino en el beneficio que su impulso supone para el conjunto de los castellonenses. 

-Dos obras, ha dicho, que son irrenunciables para los dos próximos años tal y como ha dicho en diferentes ocasiones: la reforma del Mercado Central y el Censal Parc. ¿Por qué han elegido estos dos proyectos? ¿Cuándo podrán disfrutar los ciudadanos de ambos?

-Porque van a permitir poner en valor dos espacios que son muy importantes y, a su vez, van a tener un grandísimo beneficio sobre el conjunto de la ciudadanía. El Mercado Central es el mejor escaparate de la ciudad. Una buena forma de conocer las ciudades es a través de sus mercados y el de Castellón tiene unos productos del terreno extraordinarios, pero se encuentra en muy mal estado. Le hace falta una transformación para que el recinto presente una mejor imagen, renovada, de vanguardia, pero sin perder la esencia tradicional. Y eso lo vamos a hacer en 14 meses y con una inversión de 10 millones de euros. A su vez, vamos a aprovechar esa reforma para que el Mercado Central se convierta en un punto de encuentro gastronómico y turístico, lo mismo que ya están ofreciendo otras ciudades y que tan bien está funcionado. El Mercado Central volverá a ser el corazón que hará latir las calles de nuestro centro. Y la apuesta de Censal Parc hay que enmarcarla en nuestro deseo de convertir a Castellón en una ciudad más verde, más amable, más accesible. Desde mi punto de vista, Castellón tiene demasiado hormigón. En estos dos años hemos puesto en valor las zonas verdes que tenemos, a la vez que hemos planteado inversiones y líneas de trabajo para renaturalizar la ciudad. Sin duda, la actuación más ambiciosa es este bosque urbano que irá entre el centro de salud de Fernando El Católico y el Palau de la Festa, una macropastilla de suelo que no va a tener nada que envidiar a los principales parques del mundo. A día de hoy ya han contribuido en su diseño más de 6.000 vecinos, sin duda, una cifra histórica que vamos a seguir ampliando en las próximas semanas. Queremos dar voz a los castellonenses. Estamos muy ilusionados con este proyecto.

Otra imagen de la primera edila, en el consistorio capitalino.

Otra imagen de la primera edila, en el consistorio capitalino. / Mediterráneo

-¿Cuáles van a ser las líneas principales de su trabajo futuro para los dos próximos años, hasta el final de la legislatura?

-El gobierno que tengo el honor de presidir se ha marcado como reto posicionar a Castellón en el mapa. Y lo vamos a hacer por tierra, mar y aire y generando oportunidades de empleo, que es la mejor política social que podemos desarrollar. En este sentido, hemos hablado de Logistics, que ya ha despertado el interés de varios inversores internacionales y que albergará a potentes compañías en nuestro término municipal. También vamos a seguir apostando por el turismo, pues en nuestra ciudad está todo por desarrollar, y lo vamos a hacer de la mano del puerto y del aeropuerto; y también vamos a impulsar, junto a PortCastelló y la Generalitat Valenciana, el hub tecnológico, para que nuestra ciudad sea receptora de talento innovador. Queremos que Castellón se convierta en una tierra repleta de oportunidades. 

-El Ayuntamiento de Castelló acaba de comenzar con el proceso para la elaboración de los presupuestos de 2026. ¿Cuáles van a ser las características de las cuentas municipales para el próximo año y cuáles van a ser los principales proyectos que va a incluir?

-Nuestras cuentas van a seguir apostando por la bajada de impuestos y por la voluntad de hacer más con menos, porque se ha demostrado que eso genera más actividad económica que, a su vez, produce un retorno mayor en las arcas municipales. Las bases de nuestros proyectos estrella ya están presentadas y ya hemos dicho que nos vamos a volcar en su ejecución, caso del Mercado Central o el Censal Parc. Por supuesto, vamos a seguir reforzando servicios básicos como la limpieza y la seguridad o el transporte público, en el nuevo contrato que vamos a poner en marcha el año que viene, adaptándolo a la nueva realidad de la ciudad, que es lo que nos piden que prioricemos los castellonenses. Y todo ello sin recortar apoyo social a quienes más nos necesitan o apostando por la cultura para todos para que Castellón sea cada vez más una ciudad viva.

 -El resultado de los comicios, en los que lograron 11 concejales, les puso en el camino la necesidad de pactar con Vox para que el bloque de la derecha pudiera gobernar con mayoría absoluta. El 1 de agosto de 2023 firmaban el pacto de gobierno con Vox. Un acuerdo que no siempre ha sido un camino de rosas. La igualdad, los temas relacionados con el colectivo LGTBI y la cruz del Ribalta parece ser que son algunas de las cuestiones irreconciliables. ¿Cuál es el balance que hace de este pacto con Vox?

-Yo estoy satisfecha. Con nuestros aciertos y nuestros errores. Los ciudadanos votaron cambio y nos indicaron que teníamos que entendernos. Y eso hemos hecho y demostrado. No es ningún secreto que PP y Vox chocamos en temas como la defensa de los derechos LGTBI, la violencia de género, el cambio climático o la inmigración. Somos dos partidos diferentes con posiciones ideológicas diferentes en según qué cuestiones. Pero después, y así nos lo exigen los castellonenses, vamos juntos en la defensa de los grandes temas de la ciudad, por el bien de esta y de todos. Y por eso no se ha quedado ningún presupuesto o gran proyecto por aprobar. El sentido de la responsabilidad y el querer a Castellón está por encima de colores políticos, a diferencia de lo que pasaba con el gobierno anterior.

-¿Habrá de nuevo una cruz en el parque Ribalta en el mismo lugar donde se retiró la que homenajeaba a las víctimas de la violencia?

-En el acuerdo de gobierno que firmamos en su día los dos partidos no se habla de cruz. Se habla de un monumento en homenaje a las víctimas de la violencia. Yo quiero recordar que la Cruz no se derribó, se trasladó. Es propiedad de la diócesis Segorbe-Castellón y la tiene custodiada en la iglesia de Santo Tomás de Villanueva ubicada en el barrio Rafalafena. Trasladarla de nuevo, además de un coste de 80.000 euros, plantearía riesgos para su conservación. Los muros y la división los levantaron en esta ciudad el PSOE, Compromís y Podemos. Nosotros venimos a defender la libertad y el respeto. Nosotros no preguntamos a nadie ni a quién vota, ni a quién reza ni a quién ama ni en qué lengua se expresa. Defendemos la libertad y el respeto porque estamos construyendo el Castellón de todos.

 -¿Cuál es su relación con la oposición en el Ayuntamiento en la actualidad?

-La relación con los representantes de Compromís es buena. Desde la discrepancia ideológica, hay diálogo y voluntad de alcanzar acuerdos en aspectos importantes de la ciudad. De hecho, algunas de sus propuestas se han incorporado recientemente en las modificaciones de crédito por valor de 17,5 millones de euros que hemos activado en las últimas semanas tras aprobarlo en pleno. Yo siempre digo que si las propuestas son buenas, no tengo ningún problema en incorporarlas, porque lo que es positivo no entiende de colores políticos. Diferente es en el caso del PSOE, con quienes no hay ninguna relación porque se encargan diariamente de dinamitar todos los puentes. Es evidente que todavía no han asumido que los castellonenses los han puesto en la bancada de la oposición. Hasta la fecha, solo hemos recibido de ellos desprecios e intentos de judicializar la vida política municipal, porque siguen pensando que la decisión de los castellonenses fue un error. Yo les pediría a los socialistas más trabajo, más autocrítica y menos crispación. 

-Usted siempre ha sido, y lo sigue siendo, una firme defensora de la familia. Para finalizar, ¿sigue siendo su marido su muleta, su consejero y su energía infinita, tal y como afirmó ese 17 de junio en su toma de posesión?

-Mi marido no solo es mi muleta y mi consejero en los buenos y en los malos momentos, sino también un compañero de viaje maravilloso que, con su absoluta colaboración y su generosidad, hace posible que yo pueda dedicarme a la política y a lo que más me gusta: trabajar por Castellón, por nuestra ciudad. La palabra conciliación es nuestra norma en el día a día doméstico y lo que nos permite cuidar de nuestras dos hijas, de 4 y 9 años, y seguir desarrollando nuestras respectivas facetas profesionales. Mi marido es autónomo, ¡de los que no se ponen enfermos nunca! (risas) También me ayudan en todo momento mis padres, mi familia política… Mi mayor fortuna, sin duda alguna, son mi familia y mis amigos. 

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