La ganadería de Castellón adelgaza: pierde 126.000 animales en un año

A la ganadería le ocurre algo muy similar a lo que desde hace años le sucede al campo: no encuentra relevo generacional. El alza sin freno de los costes unido a que se trata de una profesión que no conoce de horarios ni de días de vacaciones complican el futuro de un sector que es vital en buena parte de los municipios del interior de Castellón. Y eso explica por qué la cabaña ganadera en Castellón va claramente a menos y solo en el último año se han perdido 126.500 cabezas de ganado.

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Las cifras que acaba de publicar el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, son contundentes. La provincia cuenta en estos momentos con 648.619 vacas, cerdos, ovejas y cabras, 126.477 menos que a finales del 2023, cuando eran 775.096.

Aunque el descenso afecta a prácticamente todos los sectores ganaderos, donde más se nota es en el porcino. Las cerca de 500 explotaciones de la provincia cuentan con 525.781 cabezas de ganado (Castellón es la provincia de la Comunitat Valenciana con más granjas de cerdos), mientras que hace tan solo un año eran casi 641.000.

La fuerte caída que ha experimentado la cabaña porcina en Castellón coincide con un año en el que el sector logró un alza en la facturación. De hecho, el cerdo español cerró 2024 con una facturación de 25.000 millones de euros, un 8,69% más que el año anterior, a pesar de que las exportaciones en valor retrocedieron un 2,72%, hasta los 8.784 millones.

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Castellón pierde cerdos, pero el porcino no es ni micho menos el único sector que va a la baja. El ovino también experimenta un importante descenso al pasar de las 93.733 cabezas del cierre del 2024 a las 82.969 de finales del año pasado. Y con la actividad bovina sucede lo mismo: el censo en la provincia es de 19.468 animales, casi un millar menos que un año antes. De la caída del número de animales se salva el sector del caprino que gana cabaña ganadera al pasar de los 20.116 a los 20.401

Falta mano de obra

Los jóvenes no quieren dedicarse a la ganadería (en los próximos años cerrarán decenas de explotaciones por jubilación de su propietario) y otro problema al que se enfrenta el sector es a la dificultad de encontrar mano de obra cualificada. «En Castellón cada vez quedan menos explotaciones y en el sector dan por sentado que en unos años se convertirán en una actividad en peligro de extinción», explican varios ganaderos consultados que aseguran que, al igual que ocurre con otros oficios como el de fontanero o electricista, los jóvenes dan la espalda al sector. «La gente del terreno no quiere trabajar en las granjas. Nuestro salvavidas ahora mismo son los trabajadores extranjeros. Sin ellos, muchas granjas estarían cerradas», apuntan los propietarios de las explotaciones que avisan del impacto que van a tener los cierres en los municipios del interior, donde esta actividad cumple un papel vital. 

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