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Nuevo caso de ‘bullying’ en Castellón: Acosan a un adolescente al grito de «puto rumano»

Unos padres denuncian ante la Policía Nacional el calvario de un alumno de 15 años por parte de uno de sus compañeros mientras Educación activa el plan Previ

Pancartas en una de las recientes manifestaciones contra el ‘bullying’ celebradas esta misma semana en varias ciudades, también en Castelló.

Pancartas en una de las recientes manifestaciones contra el ‘bullying’ celebradas esta misma semana en varias ciudades, también en Castelló. / David de Haro / Europa Press

Cristina Garcia

Cristina Garcia

Insultos a gritos de «puto rumano», «Sé dónde vives, no te libras de una paliza» o «Me cago en tus muertos»; intimidación a la salida de clase o en la esquina de su casa solo o rodeado de su pandilla; agresiones personales en el recreo, cuando, sin venir a cuento, le baja los pantalones en medio de sus amigos, o cuando a la salida del instituto, le coge por el cuello y le rompe la camiseta de arriba a abajo.

Son algunas de las denuncias de unos padres «desesperados» por la situación que vive su hijo, de 15 años, víctima de bullying por parte de un compañero de clase en un centro de Castelló, y que han elevado ante la Comisaría de la Policía Nacional y que son solo «la punta del iceberg de lo que está pasando» en el día a día de su hijo.

Fuentes de la Conselleria de Educación aseguraron ayer que «el centro ha activado todos los protocolos y medidas correspondientes, acompañado de la Inspección educativa», hecho que ha sido corroborado por la dirección del centro, en cumplimiento del Plan de prevención de la violencia y de promoción de la convivencia (Previ).

Los padres del menor, con la denuncia interpuesta en la Policía Nacional de Castellón.

Los padres del menor, con la denuncia interpuesta en la Policía Nacional de Castellón. / Mediterraneo

"Un verdadero calvario"

Los padres denuncian que «el chaval está pasando un verdadero calvario casi desde principio de curso, que ha ido escalando desde la nada, sin ningún desencadenante que sepamos, hasta llegar a cogerlo del cuello y romperle la camiseta, a insultarle o amedrentarle en la calle de camino a casa, o incluso a escupirle en la cara». «Y tiene miedo», dicen.

Explican que su hijo es «un joven introvertido, que aún no habla mucho español porque apenas lleva un año en Castelló y no entiende qué le dicen... pero no son bromas; es acoso». Y todo en un contexto de dolor por el suicidio de la menor Sandra Peña en Sevilla a raíz del acoso escolar que sufría y que ha desencadenado un movimiento Me Too contra el bullying que ha hecho multiplicarse las denuncias en toda España.

Encarándose a los padres

«Ya no sabemos qué hacer. Cada día, vamos a llevarle y a buscarle al centro, y le animamos a ir a clase, y sabiendo que en el centro conocen la situación, nos preocupa qué pasa de puertas hacia afuera, porque el agresor no respeta nada, ni a los mayores», señala la madre. «Un día, cuando mi marido le preguntó porqué trataba así a mi hijo, se le encaró y dijo que no podía hacerle nada porque es menor».

Varios estudiantes con pancartas contra el bullying, durante una manifestación.-

Varios estudiantes con pancartas contra el bullying, durante una manifestación.- / Carlos Luján / Europa Press

El acoso ha ido a más. El presunto agresor, según cuentan los padres de la víctima, está expedientado y expulsado, extremo que el centro no ha confirmado. Y los padres temen que «la cosa vaya a más, porque le espera en la calle, en el parque, o se lo puede encontrar en el supermercado del barrio, y no queremos que se agrave». «Nos manda mensajes diciéndonos si se lo ha cruzado, si ha pasado algo», explica la madre. «Hoy sí que está, ¿venís?», dice un SMS mostrado.

"Sé dónde vives"

El menor, que se personó en las dependencias policiales junto a su madre, explicó, según apunta el documento de denuncia que «hay un compañero de la misma clase» que le «insulta» y le «gasta bromas pesadas». Y que, después de que le «bajara los pantalones ante toda la clase», se lo comunicó a su tutor. Ese mismo día, al salir del centro, se le encaró y le dijo que sabía dónde vivía e iría con unos amigos para pegarle. Y se fue».

Los padres creen que «hay que visibilizar estos casos, porque silenciarlos es ser cómplice y si le pasa a tu hijo, hay que actuar, porque los niños son lo primero».

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