El sector citrícola se opone a un conflicto que enfrente Estados Unidos e Irak, aunque el presidente de la Asociación de Exportadores de Cítricos de Castellón, Vicente Bordils, reconoce que una guerra no tendría consecuencias directas para esta actividad. "Creemos que un choque armado no tendría efectos directos negativos porque el comercio con la zona del conflicto es prácticamente inexistente", indica Bordils, quien reconoce que los empresarios del sector tienen la ventaja de trabajar con un producto alimenticio, y recuerda que, en líneas generales, el sector trabajó con normalidad en 1991.