Los problemas de tráfico en la ciudad se agravan progresivamente. Es cierto que se inauguran aparcamientos subterráneos, pero también lo es que, pese a ser un arma importante, no es la panacea. El parque de vehículos aumenta y esto conlleva innumerables problemas de tráfico que, por conocidos, se aceptan.

La circulación por el centro de de la ciudad se hace penosa y este problema aumenta de manera considerable como consecuencia de las muchas obras en vía pública que determinan el cierre total o parcial de vías y, por otra parte, por lo que a nuestro juicio entendemos como una enorme desproporción entre las dimensiones de las calles y la de los autobuses del servicio urbano. En Castellón, una de las ciudades con las calles céntricas más estrechas, aunque se han puesto en circulación buses más pequeños, siguen circulando otros de grandes dimensiones que generalmente sólo se ocupan en un 20 por ciento. Claro, en cuanto un vehículo está mínimamente mal aparcado, se producen unos atascos de impresión y como, por otra parte, tienen que realizar sus paradas correspondientes, forman unas colas increíbles.