El colectivo rumano lo tiene cada vez más difícil para seguir en España si no se adapta a la actual ley de extranjería. Casi todas las jefaturas de Policía, entre ellas la de Valencia, de la que depende la Comisaría de Castellón, tienen en marcha operaciones contra los grupos de rumanos asentados en nuestro país.

El operativo se inició a raíz de una circular que Interior remitió el pasado verano a las principales jefaturas. En ella se solicita que se actúe contra ese colectivo, que en ocasiones traspasa la frontera de la ley. La orden interna ha originado una retahíla de operaciones en casi toda España. Entre ellas, se encuentran las llevadas a cabo en ciudades como Castellón, Valencia, Pamplona, Sevilla, Valladolid y Gijón, al detectarse que algunos rumanos se dedicaban a desvalijar las cabinas de teléfonos, como publicó este periódico.

Las fuentes policiales consultadas admiten la presión ejercida sobre esos grupos de rumanos, porque en ese entorno, afirman, se registraban pequeños delitos y raterías. La policía también ha efectuado redadas y expulsiones de otros colectivos, especialmente suramericanos, sin permiso de residencia.

En otros casos se han llevado a cabo acciones contra grupos organizados de rumanos especializados en el robo de viviendas y pequeños comercios. La policía rechaza cualquier motivación racista o arbitraria. "No se ha actuado contra las personas que han venido a España a trabajar, sino contra gente que se encontraba fuera de la ley", subrayó un portavoz oficial.