Juan Carlos G. se quedó sorprendido cuando su madre le llamó para decirle que había recibido en su casa dos multas del año 1992. Este vecino de Castellón, que ya no vive en el domicilio paterno, no se lo podía creer y, pensando, recordó que alguna de esas sanciones podría ser de cuando tenía su moto. "Me acordé de que una vez me multaron por aparcar la moto en la acera, pero pensaba que la había pagado. No sé qué pasó con aquella multa", cuenta.

En cambio, la segunda sanción, también del mismo año, no tenía "ni idea de qué podría ser".

EL DOCUMENTO

El documento, remitido por el Servicio Municipal de Recaudación de Castellón, es una providencia de embargo de bienes en la que se explica que "en el expediente individual de apremio que contra usted se instruye por sus débitos al Ayuntamiento (...) y transcurridos los plazos (...) se procederá a recabar información para proceder al embargo de bienes de su propiedad".

Ante las notificaciones, Juan Carlos acudió a la oficina de Recaudación donde le explicaron las causas de las sanciones. Efectivamente, el concepto de la primera era por aparcar su moto en la acera, mientras que la segunda se tramitó por mal estacionamiento, esta vez con el coche.

"Les expliqué que no guardo tanto tiempo los justificantes", comenta. "Pero en la misma oficina y casi sin dar más explicaciones me entregaron los documentos para que interpusiera los recursos de casación, para reclamar", explica. Además, supone que "las multas habrán prescrito".

Pero el susto no se quedó ahí, ya que las sanciones económicas que ahora se le exigen también han aumentado en relación a esos 11 años.

MÁS DEL DOBLE

El importe de una de las multas es de 21,04 euros (3.500 pesetas de 1992), pero una vez sumados los recargos (4,21 euros), los intereses (14,78 euros) y las costas (0,75 euros), el importe total asciende a 40,78 euros (6.785 pesetas) "Es casi el doble", dice. La segunda multa fue sancionada en su tiempo con seis euros (1.000 pesetas), pero ahora debería abonar 12,41 euros (2.065 pesetas), "más del doble".

Juan Carlos espera una explicación administrativa que, parece, nadie conoce. "Mientras, pueden pasar otros 11 años".