Teruel sí quiere la cárcel. La más que posible creación de una nueva penitenciaría en la comarca del Alto Palancia ha llevado a las instituciones aragonesas a solicitar para Teruel un centro. Eso sí, desde la Administración turolense se deja muy claro que no quieren enfrentarse a Castellón. Pero, matizan: "Si el Alto Palancia no quiere la prisión, no nos importaría que viniera aquí".

De hecho, tanto la Diputación Provincial de Teruel (en manos del PSPV y el PAR) como el Ayuntamiento (PP) ya han mostrado su apoyo a la propuesta e, incluso, están dispuestos a ofertar suelo público para la cárcel. La Subdelegación del Gobierno ha trasladado la petición a la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios.

El sindicato CSI-CSIF ha abanderado la iniciativa, pues los funcionarios de prisiones temen que el diseño de una nueva macrocárcel conlleve el cierre de la actual prisión de Teruel. En este sentido, la directora de la prisión aragonesa, Milagros González, explicó ayer que "la percepción es que cuando se abre una prisión grande se van cerrando las pequeñas". La penitenciaría de Teruel tiene ahora 197 presos, la mitad procedentes de la Comunidad Valenciana.

Desde la Subdelegación del Gobierno en Teruel, así como en la Diputación Provincial, aseguraron que reclaman un centro penitenciario independientemente del que se construya en Castellón, que ellos dan por hecho que irá en Viver.

Sin embargo, parece difícil que pueda coexistir otra cárcel a escasos kilómetros de la del Alto Palancia. Desde el sindicato CSI-CSIF aseguraron que no les importaría que la proyectada prisión de Castellón "estuviese un poco más arriba. Aquí no hay rechazo, pues comportaría beneficios económicos".

Aunque González razonó que la necesidad de prisiones está "más hacia al sur que al norte", opinó que el factor estratégico pasará a un segundo plano si por razones políticas se considera más factible ubicar la prisión en Teruel que en Castellón.