El crecimiento urbanístico de la ciudad amenaza ahora los murales que forman parte del Museo al Aire Libre que nació en Castellón en la década de los años 80 a iniciativa del alcalde Antonio Tirado, según pudo comprobar ayer el periódico Mediterráneo.

Las diferentes alturas de las viviendas en construcción anulan parte de estas pinturas, como es el caso del trabajo del artista Traver Griñó, titulado El camino de la vida y situado en una medianera ubicada en la calle Enmedio esquina con la plaza Clavé. Un edificio de cuatro alturas ha tapado la mitad de dicho mural fechado en 1988. Similar situación se da en la pintura realizada por el artista Ripollés en una fachada de uno de los edificios de la plaza de la Paz.

A este respecto, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Castellón, Miguel Ángel Mulet, explicó ayer que si los nuevos edificios "solamente hipotecan una parte pequeña del mural se dejarán en el mismo sitio pero si, por el contrario, lo anulan casi todo, la obra pictórica se trasladará de lugar como ya sucedió con uno de ellos en el Grao". Mulet, quien hizo especial referencia al mural de Traver Griñó aseguró que éste se encuentra en "un lugar privilegiado e interesante". Por otra parte, fuentes municipales afirmaron que dicho Museo al Aire Libre nació con el objetivo de embellecer dichas medianeras.