La prevención de futuras drogodependencias. Éste sería el principal objetivo de la medida que entrará en vigor en Castellón próximamente y que dará opción a los sancionados por consumir drogas en la vía pública a sustituir la perceptiva multa económica por la asistencia a un curso de concienciación.

El director general de Drogodependencias de la Generalitat Valenciana, Bartolomé Pérez, anunció ayer esta medida en la presentación de la memoria del 2002 del Proyecto Amigó en Castellón, una ONG que ofrece servicios terapéuticos y educativos a personas con adicciones.

"Hasta ahora, cuando la policía pillaba, comenta Pérez. "Con este proyecto, recién estrenado en Valencia, se permitirá que esos consumidores tomen parte en un curso de prevención de drogas y respeto a las leyes, que prohiben consumir estupefacientes en la vía pública y, en general, de comportamiento cívico", explica.

Según el director general, la medida está impulsada porque "se ha detectado que las personas que hasta ahora se multan en la calle son, mayoritariamente jóvenes, consumidores de cannabis durante el fin de semana y que todavía no llegan a ser drogodependientes". Un dato, apunta, que explicaría lo apropiado del cursillo.

Por su parte, el director de Proyecto Amigó, Epifanio López lamentó la situación económica de la ONG: "En cuatro años nos han reducido la subvención un 75%". Pérez anunció más dinero.