El alcalde de Castellón, José Luis Gimeno, aprovechó ayer su discurso de investidura como primera autoridad municipal con los quince votos de los ediles del PP a su favor para "tender la mano al PSOE y el Bloc para evitar, entre todos, enfrentamientos personales" a pesar de las incómodas relaciones que mantiene el PP con el PSOE a raiz de la querella por el PAI de Renfe.

Gimeno, quien no descartó ofrecer alguna delegación a los socialistas, se mostró partidario de "evitar las crispaciones innecesarias, que en ocasiones traspasan los límites de lo que es admisible en la confrontación política, máxime cuando pueden dividir, incluso, al pueblo que representamos que rechaza las actitudes radicales". El edil también hizo referencia a los inmigrantes de Castellón aseguró que "no hemos venido a servir, no a servirnos de nuestra posición". Por su parte, el portavoz del PP, Alberto Fabra, apostó por una política de tolerancia, honradez y diálogo a pesar de recordó que los socialistas que se acogieron a la vía judicial para hacer política.

El representante socialista, Ignacio Subías, aseguró que el PP tendrá el compromiso del PSOE de trabajar por Castellón "porque éste está por encima de todos". "En democracia hay que revalidar la confianza de los ciudadanos día a día y es necesario un Ayuntamiento abierto, que actúe con transparencia para que haya participación, diálogo y proximidad a la ciudadanía".

Finalmente, el portavoz del Bloc, Antoni Porcar, reprochó tanto al PP como al PSOE sus malas relaciones y aseguró que los nacionalistas realizarán una oposición constructiva pero contundente. "El Bloc parece un bollo de chocolate pero éste no es del PSOE ni del PP", dijo en relación a posibles pactos.