El conjunto de castelloneros que en 1957 propició la creación del Colegio Apostólico, imprescindible en los actos magdaleneros y en otros donde se requería la exaltación del espíritu y la esencia de nuestras costumbres y tradiciones, estaba formado por Luis Castell (San Felipe), Jaime Nos (Santiago el Mayor), Gonzalo Puerto (Santo Tomás), José Barberá (San Bartolomé), Francisco Villalba (San Judas Tadeo), Francisco Navarro (San Andrés), Carlos Murria (San Simón), Eduardo Codina (San Mateo), José Armengot (Santiago el Menor) y Paquitet Fabregat (San Pedro). Eran los fijos, con Vicente Tárrega, José Vicent Alfonso, Fernando Herrero, Carlos Fabra y Juan Soler Blasco en espera de completar el ciclo y de intervenir ante cualquier incidencia. Mossén Tonico Prades era el Capellán del Colegio, con Darío de cocinero titular para las celebraciones gastronómicas. En 1978, a medida que iban desapareciendo los fundadores (hoy solamente interviene Carlos Murria), otros castelloneros, agrupados en torno als Cavallers de la Conquesta, tomaron el relevo y consiguen mantener la fidelidad a unas costumbres que siguen estando tuteladas por las Reglas del Apostolat que diseñó el genio y la inspiración de Pepe Barberá Cepriá, don Josep.