Una de las conclusiones a las que se llegó en el debate es la eliminación de la figura del agente urbanizador que no hace más que aumentar los problemas para los propietarios susceptibles de desarrollos urbanísticos. Así lo manifestaron los representantes de los partidos políticos presentes en el coloquio. Una figura que se convierte en "un lobi de presión ante los ayuntamientos y que propicia el tráfico de influencias".