Los funcionarios del Registro Civil están "desbordados". Su trabajo "se va multiplicando con celeridad" y "seguimos siendo los mismos", indican. Uno de los motivos es el "gran número de extranjeros con o sin residencia legal, además de la población habitual".

"Hace unos años, recibíamos uno o dos expedientes de inmigrantes a la semana, ahora superamos los 15 ó 20", contaban a Mediterráneo. Un papeleo que crea problemas por la dificultad del idioma, no estar censados y otros. Y es que su labor pasa desde la solicitud de nacionalidades, opciones, inscripciones, nacimientos, matrimonios, rectificaciones e información hasta certificados de nacimiento, boda y muerte.

"Todo esto contribuye a que se formen colas de más de dos horas para cualquier solicitud". Colas, dicen, que agravan la situación por la falta de espacio y condiciones, aseguran.