Los ciclomotores que circulan a escape libre por las calles de Castellón tienen los días contados. A partir del 19 de agosto, los vehículos a motor, incluidos los ciclomotores, tendrán que someterse obligatoriamente a controles de ruido en las estaciones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), según informaron fuentes de la Generalitat Valenciana y de la Asociación de Entidades Concesionarias AECOVA.

Así lo determina el Decreto 19/2004 del Consell, que prohíbe la circulación de vehículos a escape libre, con silenciadores no eficaces o tubos resonadores, así como la circulación de vehículos que emitan niveles de ruido superiores a los permitidos.

Los ciclomotores dispondrán de seis meses para someterse a su primera revisión sonora a partir de la adecuación de la ITV. La revisión será obligatoria para todos los ciclomotores que tengan más de dos años desde su puesta en circulación. Tras esta primera revisión, la periodicidad será cada dos años.

En el caso del resto de vehículos, el control de ruidos se hará conforme vayan pasando la correspondiente inspección técnica a la que están obligados a someterse por ley. La medida afecta a los vehículos que cuenten con permiso de circulación en la Comunidad.

La provincia de Castellón, según fuentes de la Conselleria de Territorio, cuenta con más de 310.000 vehículos. En el año 2002, el parque de ciclomotores de la provincia ascendía a 33.336 ciclomotores y cada año aumenta del orden de casi 2.000.

Según los estudios realizados, el 76% de la población considera que el ruido más molesto y, por tanto, el principal agente contaminantes es el tráfico, por lo que la Conselleria de Territorio ha aprobado esta medida que, según AECOVA, sitúa a la Comunidad Valenciana a la vanguardia en la lucha contra esta contaminación.

A este respecto, las ITV disponen de un periodo para poder adaptar las estaciones. ¿Pero cuánto costará esto al ciudadano? La Generalitat ha establecido que una tarifa de ocho euros para someterse a dicha revisión.

Para efectuar la medición se colocará un micrófono a la altura de la salida de gases del vehículo y a una distancia de medio metro. El nivel sonoro de fondo en el lugar deberá ser inferior en más de diez decibelios al valor límite máximo admisible para este tipo de vehículos.

Los valores límite se obtiene sumando cuatro decibelios al nivel de emisión fijada en la ficha de homologación del vehículo. Si ésta no indica el nivel sonoro, el valor límite será de 91 decibelios para ciclomotores, según fuentes de la Conselleria.