Cada usuario del Centro de Día de Cruz Roja tiene un botellín de agua con su nombre. Es una de las medidas adoptadas ante las altas temperaturas. En la sala hace una temperatura agradable. Las ventanas están abiertas y los ventiladores enchufados. "A mucha gente no le sienta bien el aire acondicionado", explica Vicent Botella, albañil retirado de 67 años. Él y su esposa son internos de la residencia de la tercera edad. Él cree que el calor de ahora es más pesado que el de antaño.

De día, cuando no está haciendo los ejercicios de estimulación cognitiva --que él llama "deberes"-- le gusta salir a hacer recados para entretenerse y ver la tele.

Pero lo que le encanta es "bailar", especialmente salsa y rumba. Es el alma de la residencia. El lunes celebraron el Día del Abuelo y se vistió de traje. Una vez a la semana, se marchan de excursión. Aunque a veces acuden al Pinar y a la playa, últimamente van a la ermita de San Jaime, porque se está más fresquito.