"Los funcionarios sin delito de sangre podíamos reincorporarnos, yo además tenía la nacionalidad venezolana por eso de no querer que me identificaran aquí. Así que tuve que volver a hacerme española gracias a la ayuda de un amigo abogado". "Me incorporé a finales de los años 60 a la escuela de Valdealgorfa. Estaba en párvulos con treinta y tantos niños y allí me dio el primer golpe el franquismo".

"Mis compañeras me dijeron que no se podía dar la máxima nota a la hija de una pastora, yo planteé que era injusto, porque la niña se lo merecía, era lista. Aquella ofensiva me la tragué. Pero yo no sabía que en el pueblo había un censor de la correspondencia, además, era el director y abría las cartas y supo que era socialista... Una noche, en la fonda escuché un grito: "Maestra Roja" y un golpe en mi coche que era automático porque yo no podía conducir. Fui a poner una denuncia a la Guardia Civil porque si me pasaba algo, sabrían seguro quién era. A los 5 días llegó la orden de marchar a Castellón".