Llegó en enero con los Reyes Magos. Contesta sin remedio al tópico de un ´cuestionario personal´. Transmite tenacidad y energía. Hay instantes que alza el vuelo y parece viajar adentro, pero siempre regresa.

Se muestra firme en sus objetivos, amigo de compartir triunfos y desventuras. Dice ser maniático del perfeccionismo, "pero no soy nada perfecto y esto me sube la tensión". Tiene nervio y sentido del humor. Preguntado por un sueño, suspira en clave de jubilación, pero apuesta firme porque el transporte sea digno. Como pesadilla le atormenta la crisis actual.

Enamorado de la vida, de los viajes, del descubrimiento de otros paisajes, otras miradas... De hecho participa en el festival Mulabe y patrocina a grupos latinos, abriendo el vínculo que le une a América Latina.

Dice que todas las comidas son buenas, con un buen vino y una buena compañía. Un color, el rojo, un olor especial es el limón y una canción ´Yesterday´. Su mejor lectura ha sido El dios de la lluvia llora sobre México, del escritor húngaro Lászaló Passuth, fascinación histórica del universo y la lucha azteca, "intenso, imprescindible, hermoso".

Su película no podría ser otra, ¡Viva Zapata!, cinta de Elia Kazan estrenada el mismo año que nacía De Eugenio, con un Marlon Brando que el empresario castellonense recuerda genialmente en sus diálogos y en el espíritu de Emiliano Zapata. Su imagen ha roto moldes: pelo largo, vaqueros y camisas de cuadros, sueltas, zapato deportivo, y trajes solo para altos vuelos. Experto en circuitos de velocidad y en rutas de 4x4, recorriendo el norte de África. Es capricornio de tierra; en el horóscopo celta es Abeto; en el chino, Dragón; en la tabla azteca es la Casa, variaciones que confluyen en la cima, el aire. Una vida entre el cielo y la tierra.