El ingeniero austriaco que se encarga del mantenimiento de la pista de hielo explicó el secreto de la pista: "Se han instalado unas tuberías sobre el pavimento de la plaza conectadas a unas máquinas de frío. Dentro de estos tubos hemos puesto anticongelante y agua que se enfrían hasta los -12 grados y sobre éstos hemos tirado agua, que se ha congelado". Un proceso que genera una capa de siete centímetros de hielo que, para que esté en buenas condiciones para el patinaje, necesita estar dos días funcionando. "Si llueve, no pasa nada porque el agua se congela", ratificó el ingeniero.