El proceso de regularización de inmigrantes ha arrancado con lentitud. La primera semana del proceso se presentaron sólo 158 solicitudes de normalización, según informó la Subdelegación de Gobierno en Castellón, quien, pese a todo, insistió en que se acabará cumpliendo la previsión de regularizar entre 10.000 y 15.000 extranjeros en tres meses.

Para alcanzar este objetivo debería presentarse una media de entre 250 y 166 solicitudes al día, teniendo en cuenta que en los tres meses de plazo hay 60 días laborables. Algo que dista mucho de cumplirse.

El ritmo de presentación de solicitudes va lento, en la línea de lo que está ocurriendo en el resto del Estado. Así lo aseguraba Encarna Barragán, secretaria general comarcal del sindicato CCOO, que indicó que hay que ver cómo están respondiendo los empresarios, a quienes recordó que, finalizado el proceso, no va a haber forma de justificar la contratación de sin papeles.

"Me da la sensación de que se está por debajo de las expectativas, puede que por falta de documentación o bien porque los implicados no quieren precipitarse", apuntó Barragán.

DOCUMENTACIÓN De hecho, los portavoces de los colegios de Graduados Sociales y Abogados y de la Subdelegación atribuyeron el tímido inicio del proceso a que la mayoría aún está en fase de recopilación de documentación. Un ejemplo es la confusión sobre el papel para acreditar el alta en el padrón.

Por su parte, el vicepresidente del Colegio de Graduados Sociales, Antonio Figueredo, aseguró que se ha de presentar la documentación completa, pues si la solicitud es denegada han de ir al contencioso administrativo.

Figueredo achacó la falta de colas a que se pidió a los representantes legales del empresario que la primera semana se abstuvieran de ir a presentar solicitudes. Algo que, indicó, "la mayoría ha cumplido a rajatabla".

Frente a las acusaciones de algunos sectores de que hay falta de interés del empresariado en la regularización, Rafael Montero, secretario general de la Confederación de Empresarios (CEC), aseguró que éstos tienen la información y se mostró convencido de que "quien pueda regularizar a un trabajador lo hará". Con todo, aseguró: "Tengo la sensación de que se han creado unas expectativas que no tenemos la certeza de que se correspondan con la realidad", aunque fue partidario de valorar el alcance el proceso al final de los tres meses.