Los gorrillas se expanden por toda la ciudad sin que, por el momento, ni la Policía Local ni la Policía Nacional hayan logrado erradicar su presencia. Éstos se han convertido en una constante tanto en el aparcamiento del hospital Jaume I como en la estación de Renfe, según pudo comprobar in situ el periódico Mediterráneo. Una figura que molesta a la mayoría de los conductores que estacionan en estos lugares y que se sienten intimidados por los gorrillas.

Además, y según reconoció ayer a este diario el concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Tovar, los aparcacoches "traspasan económicamente sus lugares de trabajo. En función de la valía de la zona, la venden a un precio u otro". No obstante, fue el propio concejal el que se comprometió a eliminar la presencia de estos aparcacoches sin que, por el momento, lo haya conseguido. Por este motivo, la Policía Local y la Policía Nacional "trabajan conjuntamente desde hace algo más de una semana para intentar eliminar la presencia de los gorrillas en Castellón". Sin embargo, los agentes se limitan a molestarlos pidiéndoles la documentación e identificaciones con el fin de que se retiren de sus lugares habituales.

Esta figura también ha proliferado en el estacionamiento del Club Náutico, del distrito marítimo, aunque la presencia es menor que en otras zonas.