Los orígenes en el campo del arte de Jesús Tarruella fueron en clave autodidacta. Hacia finales de los 70 y con 15 años, inició los primeros juegos con puntos, líneas, manchas y planos, que con el tiempo tendrían su filtrado y formación tras su paso por Bellas Artes en Valencia donde desarrolló el dibujo y la pintura, disciplina es la que formó su visión sobre el objeto como arte y el lienzo como forma de expresión.