El Ayuntamiento de Castellón tendió ayer una mano al Obispado en la reparación de la iglesia de la Sagrada Familia dándole la posibilidad de colaborar en la remodelación del templo "a cambio de algún beneficio" para el consistorio, como la cesión de "suelo o espacio", apuntó ayer el alcalde, Alberto Fabra.

Aunque el Obispado no emitió ninguna contestación oficial, algunas fuentes apuntaban ayer que será la Iglesia quien asumirá la reparación de la Sagrada Familia, que, según los técnicos municipales, "no corre peligro de derrumbamiento".

Desde el consistorio castellonense insistieron que debe ser el titular del edificio quien debe hacerse cargo del acondicionamiento de la iglesia o su derribo, "pero si tuviese que actuar el Ayuntamiento sería a cambio de algún lugar, por ejemplo, donde las asociaciones vecinales o entidades culturales pudieran reunirse", y con actividades organizadas por el municipio, "no por la parroquia".

De esta forma, Alberto Fabra, explicó que el modo de actuar sería similar al acuerdo alcanzado con los terrenos del Colegio Gregal, aunque aseguró que "cualquier resolución debería negociarse todavía".

El consejo parroquial de la Sagrada Familia se reunió el lunes y acordó la posibilidad de retomar el culto "a finales de mes", una vez asegure las zonas afectadas con muros que dividirán las capillas de la nave central.

Aun así, esta decisión debe avalarse con un informe técnico que, al parecer, se está realizando en este momento. Éste permitirá al Ayuntamiento autorizar la apertura del templo.

"Debe ser un informe elaborado por una empresa solvente y en el que se garantice la seguridad del edificio y de los ciudadanos", apuntó el edil de Urbanismo, Javier Moliner, después de una reunión entre técnicos municipales y el delegado de Patrimonio del Obispado.

De todas formas, el Ayuntamiento cuenta también con autoridad para dictar una orden de ejecución que "obligaría" al propietario a actuar.