La historia de las circunvalaciones arranca en el siglo XVIII. Hasta esa fecha la carretera entre Valencia y Barcelona circulaba por la antigua calzada romana, en la Cuadra Cova del Codony, hoy carretera L´Alcora.

Como cuenta José Prades, ingeniero de caminos del Ayuntamiento, "el Camí Real se desvía primero por la calle Mayor y años más tarde por la calle Enmedio, donde estuvieron la posada del ferrocarril y el Hostal del Rey". "Estamos a principios del siglo XX", indica Prades, quien relata que "no será hasta los años 40 cuando se decide el traslado de la carretera por las rondas, Mijares y Magdalena".

En el año 1955, las autoridades de la época optan por llevar la travesía de conexión entre Valencia y Barcelona a lo que sería la primitiva N-340 a su paso por Castellón, "desde el actual Hospital General hasta el puente del río Mijares, en el término de Almassora".

A finales de la década de los 80, en un proyecto iniciado por el alcalde Daniel Gozalbo e inaugurado por José Luis Gimeno en 1992, "se abre la nueva variante de la N-340".

Pero la historia de las circunvalaciones continúa. A finales de la década de los 80, el Ministerio "realiza el acceso sur, desde la carretera de Ribesalbes hasta la glorieta, mientras que el Ayuntamiento proyecta la Ronda Sur hasta la avenida Valencia".

En 1993 se abre el primer tramo de la Ronda Este, "desde avenida Valencia a avenida del Mar". "Ya en el 2005 se inaugura la segunda fase, entre la avenida del Mar y el Río Seco y el pleno municipal del pasado jueves adjudicó las obras del vial hasta el Hospital General", concluye Prades.