El Gobierno prepara la puesta en marcha de un plan nacional para la integración cívica y social de los inmigrantes, que se presentará en las próximas semanas. Así lo anunció ayer el subdelegado del Gobierno, Juan María Calles, en la inauguración de la Setmana Intercultural, que organizan la Jaume I y Bancaixa.

Para el subdelegado, "lo mejor de estas jornadas es que fomentan la multiculturalidad, porque no seleccionan a ninguna nacionalidad en función del voto previsible, sino que dan cabida a todas". Calles dijo que "es un gesto que agradecería en otras instituciones cuando hacen actos tan ostentosos, como hemos visto últimamente". Añadió que la integración no se hace a través de viajes mediáticos (en referencia a la visita de Alberto Fabra a Rumania) ni con el abrazo de banderas, sino aplicando políticas de integración.

Este plan, que persigue igualdad de acceso a los servicios públicos, se aprobará en el primer semestre del 2006. Así lo explicó la consejera técnica de la dirección general de Integración, Carmen de la Vila, que destacó que con él se reforzará el papel de los ayuntamientos en la integración, al ser la primera administración a la que se dirige el inmigrante. Estará basado en los principios de igualdad, ciudadanía e interculturalidad. "Nuestra línea será la de respeto a la diversidad; no apostamos por el modelo inglés ni tampoco por el francés, sino por una mezcla", dijo De la Vila.

Explicó que los inmigrantes vienen por motivos económicos. Su edad está en 34 años --la media española es de 40-- y trabajan, sobre todo, en construcción, hostelería, agricultura y servicio doméstico, en los oficios menos deseables para los autóctonos.