Los castellonenses quieren ahora probar mejor suerte en el sorteo del Niño. El 6 de enero, el bombo volverá a rodar y, esta vez, todos esperan que se acuerde de la provincia, después de un Gordo que, durante 41 años consecutivos, ha pasado de largo. Aun así, las pedreas y las terminaciones han dejado algún dinerito que desde el viernes se está pagando en la mayoría de las administraciones.

"Estamos teniendo colas casi todo el día", confirmaban ayer desde la ventanilla del despacho n° 6 de la avenida Rey Don Jaime de Castellón, que ya muestra carteles en los que anuncia que se puede cobrar la lotería. Colas de castellonenses que acuden para canjear sus décimos premiados por otros para el Niño. "La gente cambia parte del premio en otros décimos y parte lo quiere en dinero para comprar algún capricho", decían en la administración n° 11 de la calle Mayor, que ayer también recibía a multitud de clientes para el 6 de enero. "Es un sorteo fácil de vender, a la gente le gusta", añadían. Entre las supersticiones, las mismas: "La gente vuelve a pedir el 13, el 69, el 22 y algunas fechas, pero pocos quieren el mismo número al que apostaron para el Gordo".