LUGAR DE NACIMIENTO ARTANA

AÑO 1943

FORMACIÓN LDO. EN FILOSOFÍA PURA POR LA UNIVERSITAT DE VALˆNCIA Y DOCTOR EN TEOLOGÍA POR LA UNIV. GREGORIANA DE ROMA, ESPECIALIDAD DE DIÁLOGO INTERRELIGIOSO

ACTUALMENTE PROFESOR ASOCIADO DPTO. EDUCACIÓN UJI

Joan Llidó es el principal impulsor, desde hace ya ocho años, del Encuentro Diálogo Fe-Cultura que este año se celebrará en la UJI del 13 al 16 de marzo.

--¿Cuál es la acogida de los estudiantes de la Jaume I?

--Cada año hemos intentado que la teología dialogue con un área de conocimiento. No es fácil en Castellón oír a ocho doctores especialistas en esta materia. Cada año se matriculan una media de 100 universitarios y 40 profesores.

--El título en esta ocasión es Fe, salud y bienestar. ¿Qué objetivos persigue el encuentro?

--En esta convocatoria dialogamos sobre las Ciencias de la Salud, que posibilita la salud integral de las personas y que la entorpece o la mata. Parece ser que la naturaleza, el cuerpo, la mente y el espíritu están conectados, y la ciencia demuestra que la salud de cualquiera de estos ámbitos tiene repercusión en todo el ser humano. Pretendemos impulsar y propagar la cultura de la salud integral.

--¿Cómo contribuye la fe a obtener el bienestar en la sociedad en la que vivimos?

--La fe desmitifica, libera y hermana. Ésto es vital. Además, da sentido y horizonte de plenitud a la existencia humana.

--¿Cree usted que hoy en día hay fe o se está perdiendo?

--Es muy difícil que el hombre pierda la fe. Todo hombre, para vivir, necesita creer en algo. Unos a ese algo le llaman naturaleza; otros Dios; otros Yahvé; otros, dinero o hedonismo... Lo que puede haber es una crisis de formulación o de expresión religiosa, que va cambiando con el paso del tiempo, pero ningún hombre está dejado de la mano de Dios; jamás en la vida.

--Tras la polémica suscitada por las viñetas sobre Mahoma, ¿considera que hay respeto entre las distintas religiones?

--En Occidente, la cultura liberal agnóstica engendra hombres portadores de valiosos valores, pero también puede dar pie a que algún sector confunda la no confesionalidad del Estado con la beligerancia antirreligiosa. El cristianismo tiene una concepción actual de la revelación y de las mediaciones muy distinta al Islam. Por eso, Oriente y Occidente son dos culturas que con facilidad entrarán en conflicto sin pretenderlo.