La actual situación de ingobernabilidad de los municipios de Nules y de Viver se prolongará hasta el 27 de mayo del 2007, fecha de las próximas elecciones municipales. El Partido Popular ha rechazado el ofrecimiento de liderar sendas mociones de censura para desbancar a los actuales alcaldes, que gobiernan en minoría tras la ruptura del pacto con IPN en Nules y la espantá del concejal Jesús Mora que dejó el equipo de gobierno socialista para pasar al grupo mixto.

El argumento del PP es el mismo en ambos casos y así lo dice el presidente provincial, Carlos Fabra: "Aquellos que se equivocaron deberán dar cuenta a los ciudadanos en su momento, por eso la democracia permite votar cada cuatro años".

Además de esta declaración de intenciones hay otra justificación puramente electoral donde se impone la estrategia política. A un año de las elecciones, el PP espera recuperar la mayoría absoluta en Nules y mantener el diputado provincial de la comarca de Viver, clave junto al de Sant Mateu para seguir con la vara de mando en la plaza de las Aulas.

El caso de Viver es el más reciente. Allí, el concejal Jesús Mora tiene la llave de la alcaldía tras abandonar a principios de este mes la disciplina del Grupo Municipal Socialista. La renuncia se debe al poco caso que sus propuestas merecían al equipo de gobierno y muy especialmente la escasa atención que el PSOE está prestando a uno de los proyectos más importantes que se ha desarrollado en el municipio en los últimos años, como es la construcción de un aeródromo.

La comarca de Viver aporta un diputado provincial, ahora en manos del PP por una diferencia de 652 votos en los últimos comicios. El PSOE gobierna en los principales municipios de la comarca y los populares mantienen el diputado por los pueblos pequeños. De ahí la importancia de Viver. La estrategia del PP es abundar en la tesis de la división interna del PSOE y dejar gobernar en minoría para que se desgaste durante estos doce meses que quedan para las elecciones.

UN LÍO El problema de Nules se arrastra desde hace ya varios meses. El líder de IPN, Vicente Martínez Lucas, le ofreció la alcaldía a Ramón Arenós (PP) si se pactaba una moción de censura. Pero el PP nunca ha estado por la labor. Primero, por las relaciones que mantienen con Lucas, y después, por la máxima expresada por Fabra de que las urnas pondrán a cada uno en su lugar. Pese a ello, Arenós impuso la condición indispensable para sentarse a negociar de que IPN desapareciese del ámbito político para integrarse en el PP. Una posibilidad remota a día de hoy.

El PP necesita desgastar al máximo a IPN, grupo independiente formado por exmilitantes populares y, por tanto, de voto conservador. Y esa es la táctica para recuperar una mayoría que les da la encuesta que maneja en estos momentos el partido con la pérdida de dos de los cinco concejales que tiene ahora IPN y la debacle electoral del PSOE tras el lío interno protagonizado por el alcalde, Salvador Górriz, y su esposa, Victoria Broch.