La multinacional BP prevé iniciar las obras de construcción de su nueva planta de coker en la refinería del Grao de Castellón en el mes de septiembre, una actuación que implica una inversión de 250 millones de euros.

El proyecto, que culminará en el segundo trimestre del 2008, ha sido posible después de que la dirección de la compañía en Londres se haya decantado por el proyecto del polígono del Serrallo, que dejará de producir fuel oil para reconvertir su actividad hacia el gasóleo de automoción y el coque, materia utilizada en el sector cementero y de la que España es muy deficitaria.

GESTIÓN Entre las ventajas que la inversión va a reportar a la actividad de BP en Castellón destacan una economización a la hora de gestionar los carburantes, dado que la nueva tecnología permite obtener mejores rendimientos del crudo, así como un ajuste a la evolución de la demanda de consumo del cliente.

El proyecto del coker implicará que la fabricación de diésel, que actualmente supone un 41% de la producción total de la refinería, se eleve al 54%, equilibrando la demanda de gasóleo de la Comunitat Valenciana. De hecho, ahora se importa un tercio de este tipo de carburante.

Por otro lado, BP se convertirá en el único centro productivo de coker de la autonomía. Cabe señalar que el coque es una materia muy demandada por las cementeras y su carestía a nivel nacional obliga a importar hasta dos terceras partes de todo lo que consumen las plantas en España, sobre todo desde EEUU.

Sólo en el 2003, España consumió más de 4 millones de toneladas de coque, lo que la sitúa en cuarta posición mundial, tras EEUU, Japón y Canadá. Sin embargo, la producción nacional fue de apenas 940.000 Tm.

La ampliación de BP Oil Refinería de Castellón supondrá un aumento del 20% de su plantilla fija, que es de 350 trabajadores. La nueva planta generará 50 nuevos empleos directos, a los que sumará entre 150 y 200 indirectos. Las obras también crearán otros 1.000 puestos.