Sin precio y sin tratos. La sectorial de cítricos de la Unió de Llauradors ha constatado que ni en Castellón, ni en el conjunto de la Comunitat Valenciana se están produciendo movimientos de compraventa de cítricos en el campo. "Todo está muy parado". Y lo que es más significativo: "Tampoco en las autonomías productoras limítrofes, como Cataluña y Murcia, se cierra ningún acuerdo".

Así se puso de manifiesto en la sectorial de cítricos de la Unió de Llauradors, celebrada de urgencia en Valencia para evaluar una situación que el responsable del sector de esta organización, Josep Botella, tildó de "muy preocupante". Al término del mes de septiembre, lo habitual era que se cerrasen tratos sobre las primeras variedades de cítricos, pero en la actual campaña "está todo muy parado y lo poco que se mueve es sin precio", afirmó.

Según los representantes de todas las comarcas productoras de la Comunitat Valenciana y de las áreas limítrofes, "no hay tratos en el campo y los que hay son a comercializar, explicaron.

EXTREMOS En el cónclave se pusieron sobre la mesa circunstancias excepcionales que han ocurrido en otras zonas productoras. La situación ha llegado a extremos como en el caso del limón en Murcia: "Allí, el comercio local ha llegado a pedir dinero a los citricultores por recolectar limones. El comercio ha reclamado 0,04 euros por cada kilo recogido", dijo Botella.

En este sentido, Joanma Mesado, técnico de esta organización, acusó a los operadores comerciales de haber llegado a acuerdos internos para vender su producción propia antes de comprar la de los citricultores. "Es una estrategia que nos arruinará a los productores pero que irá en detrimento de la calidad y, a la larga, perjudicará también a los comerciantes", detalló.

Joanma Mesado denunció las "prácticas abusivas del comercio" e instó a la Administración a controlar la calidad de la fruta que se exporta para lograr que no se hundan los precios en el ecuador de la campaña.

Asimismo, reiteró que la Unión Europea debería poner freno al "comercio desleal" que realizan algunas grandes superficies europeas, que venden la fruta a pérdidas, más barata de lo que cuesta producirla.