Se puede decir más alto pero no más claro. La mitad de los castellonenses tiene una alimentación desequilibrada y no hace ejercicio, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que apunta también que en la dieta diaria escasean sobre todo las verduras y las frutas, además de los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como pan, pasta, arroz, los lácteos, las legumbres, el agua y el aceite de oliva. Por el contrario, se abusa de las proteínas, sobre todo de la carne y, en menor medida, de pescados y huevos.

Un 38% de los encuestados no toma una ración de verdura al día y un 30% de los adultos y un 47% de los adolescentes no comen fruta a diario. Además, un 66% de los castellonenses consume menos raciones diarias de las recomendadas de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como pasta o arroz.

COMIDA RÁPIDA En el 34% de las mesas está presente la sal, a pesar de que los platos ya están condimentados, un 27% de los adultos declara beber a diario vino o cerveza, un 28% de los adolescentes dice que consume comida rápida por lo menos una vez a la semana y el 59% de la población acostumbra a picar delante de la televisión.

Los resultados de este informe son conocidos y compartidos por los especialistas, que llevan tiempo alertando de las consecuencias de una mala alimentación. "La gente cree que sabe mucho, pero en realidad desconoce qué es una dieta equilibrada", explica la dietista y nutricionista castellonense María José Cadroy.

¿Y dónde está el secreto de una correcta alimentación? Para Cadroy el truco está en "comer bien y no saltarse ninguna comida". Para Teresa Vives, especialista y directora de la clínica de nutrición que lleva su nombre, la clave también se encuentra "en comer de todo, consumir las calorías necesarias en función de la actividad física y, siempre que sea posible, realizar cinco comidas al día".

FALTA DE TIEMPO A la hora de buscar una explicación a los malos hábitos alimentarios todos los especialistas consultados señalan la falta de tiempo. "El ritmo de vida tan acelerado que existe provoca que comamos mal y de forma desordenada. De hecho, es una realidad que aquellas familias con mejores hábitos son las que tienen a la madre en casa", concluye la dietista Teresa Vives.