Ahora hace 30 años que la Germandat dels Cavallers de la Conquesta restauró la ermita de Sant Francesc de la Font, que se encuentra situada en la partida de Cap junto al Molí de la Font, lugar de tantas resonancias míticas y agrarias para los castellonenses. La pequeña capilla estaba prácticamente en ruina y todo indicaba, en aquellos años setenta, que el edificio acabaría cayendo.

La presencia providencial del prohom Miquel Mulet al frente de la Germandat, y compartiendo cargo con el de concejal del consistorio que presidía Vicente Pla, salvó de la piqueta a la pequeña ermita que durante muchos años había sido referente de la devoción de los labradores castellonenses por el santo de Asís. A Miquel Mulet le sucedió al frente de la Germandat el periodista Eduardo Mas, que con un cabildo integrado por jóvenes pero decididos amantes de la fiesta como Miquel Soler, Benjamín Garcés, el Xato PradesXato o Paco Vicent, el popular Quiquet de Castalia no sólo acabó la restauración de la ermita sino que dio un decidido impulso a las fiestas de la misma, integrándolas en la tradicional Setmana del Cavaller que venía celebrándose desde los años setenta.

Para la recuperación de este pequeño oratorio huertano fue decisiva también la intervención del historiador del arte y periodista, el actual sacerdote Josep Miquel Francés i Camús, quien desde el primer momento se volcó en la restauración. Ayudado por otro joven historiador, el actual director del Museu de Belles Arts, Ferrán Olucha, se descubrió el que sin duda el ermitorio es uno de los más importantes conjuntos de pinturas murales de toda la provincia. Unos frescos que basan su programa iconográfico en la figura del San Francisco. Recientes estudios confirman lo que ya avanzó en su día el profesor Ramón Rodríguez Culebras, titular del departamento de Historia de Arte del antiguo Colegio Universitario, quien apuntó hacia la figura de Eugenio Guilló, un pintor del barroco castellonense que fue también el autor de los frescos de la capilla del Roser en la Iglesia de San Vicente Ferrer de la capital de La Plana y de las pinturas que decoran la iglesia del Santuario de Sant Pau en Alboc sser. Hoy, Sant Francesc de la Font es todo un tesoro.