La ya anunciada orden de cierre de la pista más utilizada en el aeródromo del Grao, emitida el sábado por la Dirección General de Aviación Civil --organismo dependiente del Ministerio de Fomento--, ha vuelto a destapar la polémica sobre las malas relaciones existentes entre el Aero Club Castellón y el Ayuntamiento de la capital, es decir, entre el arrendatario y el propietario de los terrenos municipales.

Así, fuentes de esta entidad privada manifestaron ayer a Mediterráneo que "en el aeródromo nos sentimos con total indefensión por parte del Ayuntamiento para resolver los problemas detectados por Aviación Civil", y aseguraron estar "alucinados por esa decisión de clausura de la pista 3-21".

En este sentido, estas fuentes del Aero Club resaltaron que el accidente registrado el pasado 7 de octubre, en el que una avioneta se empotró contra el jardín de una villa del Grao, "no utilizó para el despegue la pista ahora clausurada, sino la 18-36, la que está pavimentada, por eso pensamos que el cierre de la pista 3-21 es una incoherencia".

Este diario intentó ponerse en contacto con el concejal popular Juan Gallén pero las llamadas telefónicas no recibieron respuesta. Días atrás, ya comentó que el Ayuntamiento no podía atender algunas reclamaciones del aeroclub, respecto a ciertos obstáculos, "por tratarse de elementos en suelo privado. No podemos entrar en una villa y cortar las palmeras porque sean altas, ni podemos rebajar más la altura de las farolas. Sólo podemos interferir en las medidas de seguridad sobre las que tengamos competencia y en ellas tendrán nuestra máxima colaboración institucional".