El secretario autonómico, Fernando de Rosa presumió de instalaciones judiciales. Junto al presidente de la Audiencia,Carlos Domínguez --principal sufridor de las críticas sobre la Ciudad de la Justicia--, mostró a los visitantes portugueses la cara más espectacular del edificio, pero seguro que olvidó explicarles las múltiples carencias evidenciadas, desde el día de la inauguración, por los propios trabajadores y usuarios.

Algunas de las denuncias han sido atendidas y subsanadas, pero otras se han quedado, como siempre, a la espera del cumplimiento de las promesas hechas por la Administración.

La desatención a los detalles ha empañado un proyecto que hubiera podido ser, de verdad, modélico y al que ahora solo se le pueden poner parches.