Una semana después de que comenzaran las colas a las puertas de la comisaría, cientos de nuevos ciudadanos comunitarios, es decir, rumanos y búlgaros, volvieron ayer a colapsar la sede de la oficina de extranjería ubicada en la calle Tenerías de Castellón y la Subdelegación del Gobierno, para solicitar las tarjetas comunitarias que ellos siguen viendo como el primer paso para trabajar por cuenta ajena, a pesar de que el Gobierno ya ha explicado que no tienen mayor validez que el pasaporte.

Según el portavoz del Centro Cívico Rumano de Castellón, Daniel Ionita, "más de 1.000 personas volvieron a acercarse ayer a las dependencias de Tenerías y María Agustina para solicitar la tarjeta". Muchos hicieron cola durante toda la mañana para ser atendidos y la afluencia de gente fue tal que incluso quienes acudieron a la Subdelegación organizaron un sistema de turnos, apuntándose en una lista para no tener que esperar de pie.

La situación ha llegado a un punto que, incluso las propias asociaciones de inmigrantes instan a los extranjeros a que no "acudan a las dependencias de extranjería si tienen permiso de residencia porque la tarjeta es como un pasaporte" y si deciden hacerlo instan a que "no lo hagan con premura, porque colapsan las oficinas y, en realidad, no hay un plazo determinado para solicitar el NIE", apuntó Ionita.

Fuentes de la Subdelegación hicieron hincapié en que "se está informando a todos los interesados de que las esperas no son necesarias"; mientras, fuentes del CSI-CSIF criticaron la "precariedad de las oficinas de Tenerías y la falta de funcionarios para atender al público.

Por otra parte, las nuevas oficinas de Extranjería en la avenida Casalduch comenzarán a atender al público el próximo día 31, según la Subdelegación.