Las cifras son alarmantes. En el primer semestre de este 2007, el Servicio de Atención Psicológica a Menores Víctimas de Abusos y Agresores, dependiente de Bienestar Social, ha contabilizado 22 nuevos casos de agresiones sexuales a niños en la provincia de Castellón, aunque el dato se asemeja al total del pasado ejercicio, en el que se atendió a 45 menores por abusos de este tipo.

Si se atiende a la tasa de tratamientos, es decir, sesiones terapeúticas a menores víctimas de abusos sexuales y a su entorno, los números se disparan hasta multiplicarse por siete hasta junio. Pasan de 32 durante todo el 2006, a los 214 de los primeros seis meses del presente año.

En lo referente a informes periciales, Bienestar Social realizó otros 33 relativos a menores, frente a los 18 registrados de enero a junio del 2007.

Por otra parte, cuatro de cada 10 menores atendidos en toda la Comunitat Valenciana son niños, concretamente el 39%, aunque continúa apreciándose un mayor número de niñas víctimas de abusos sexuales, con un 61%. Estas cifras constatan que todos los menores, independientemente de su sexo, están expuestos a los abusos sexuales.

El vicepresidente tercero y conseller de Bienestar Social, Juan Cotino, destacó que el servicio ha realizado además 1.414 sesiones de tratamientos y 14 informes judiciales, lo que supone un total de 1.648 actuaciones.

Este servicio gratuito de la Generalitat Valenciana que gestiona el Instituto de Psicología, Sexología y Medicina Espill, está destinado a la prevención, diagnóstico y tratamiento de los menores de toda la Comunitat Valenciana que han sido objeto de abusos, así como a la atención y orientación de la familia. Según Cotino, la Comunitat ha sido pionera en crear un servicio de atención al abuso infantil, iniciativa que esta empezando a ser observada y valorada por otras comunidades autónomas.

8 PSICÓLOGOS Y UN MÉDICO El servicio, está compuesto por ocho psicólogos y un médico, y actúa en los supuestos que tengan por base conductas sexuales sobre menores: abusos y agresiones y explotación sexual de todo tipo, y tanto si el menor es la víctima como perpetrador.

Además, en el servicio también se valora la presencia de otros tipos de maltrato infantil o negligencia, extendiéndose las actuaciones a estos problemas.

Dado que el objetivo fundamental de este servicio es proteger a los menores, se realiza la exploración psicológica y la valoración del testimonio del menor, con el menor sufrimiento para el mismo y un ambiente adecuado a su desarrollo evolutivo.

ANÁLISIS DEL TESTIMONIO De esta forma, se realiza un análisis del testimonio, del tipo de abuso y sus repercusiones, además de prestar tratamiento y llevar un seguimiento de los casos y orientar a la familia y/o educadores.

Para Cotino, la relevancia de un servicio de este tipo radica "en la protección que se presta al menor y en la reducción de las secuelas que el impacto de un maltrato y abuso tenga".