El cráneo y pequeños huesos humanos hallados en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo entre la calle Colón y la plaza de la Hierba, en Castellón, al parecer, podrían corresponder a restos de alguno de los enterramientos que se llevaban a cabo en el interior de la antigua iglesia Mayor de Santa María, donde en la Edad Media y en el Renacimiento los templos religiosos acogían la última morada de eclesiásticos, nobles y militares.

Esa hipótesis, que barajan expertos consultados por Mediterráneo, se argumenta en que el primer cementerio de Castellón se habilitó en el siglo XVI, en la actual plaza del Mercadillo, junto al Palacio Municipal, mientras que la tercera ampliación importante de la iglesia se llevó a cabo en el siglo XV (a partir de 1410), periodo en el que se estima que puedan ser los restos de las cimentaciones halladas en Colón y la plaza de la Hierba.

Dado que el cráneo está incrustado en la tierra y bajo las piedras que sirvieron de basamento para la ampliación de la iglesia, estas fuentes consultadas apuntan a que esa pieza ósea pudiera ser de algún personaje importante enterrado en la iglesia entre los siglos XIII al XIV.

Esa posibilidad de asienta en que la primitiva iglesia de Santa María se construyó entre 1251 y 1288, un templo de pequeñas proporciones, que fue destruido por un incendio en 1337. La segunda fue iniciada en el mismo lugar en 1378 y la tercera, en 1410, abarcando más terreno y llegando hasta donde se sitúan los muros hallados en las catas.

El fosar estuvo operativo hasta finales del XVIII. El 31 de enero de 1804 se abrió el del Calvario (en el parque Ribalta) y el 13 de octubre de 1860 se celebró el primer enterramiento en el viejo cementerio de San José.