Respecto al contrato de integración que tanta polvareda ha alzado en las últimas jornadas, Costa se refirió a él como "un documento mediante el cual el Estado y los inmigrantes compartirían responsabilidades a la hora de la integración". El exministro indicó que el contrato se suscribiría "al finalizar el primer año de residencia en España, es decir, cuando se solicite el permiso, lo que indicaría la voluntad de estancia en el país". Entre las obligaciones que recogería para los inmigrantes está la de "hablar la lengua oficial del Estado, cumplir la legalidad vigente, respetar los valores del conjunto de los españoles y pagar los impuestos", entre otros imperativos. Por su parte, el Estado español se compromete a "garantizar los mismos derechos que a los españoles, formar a los recién llegados para la obtención de empleo y garantizar su retorno al país de origen si se carece de medios".