El secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, y el presidente de la Comunidad de Aragón, Marcelino Iglesias, inauguraron ayer el último tramo de la autovía Mudéjar (A-23) que permitirá unir Castellón y Zaragoza en alrededor de tres horas. Con la finalización de las obras entre Calamocha y Romanos se pone fin a una gran infraestructura que empezó a construirse en el año 2004.

Para el subdelegado del Gobierno en Castellón, Antonio Lorenzo, la finalización de la A-23 "es una noticia importantísima" porque impulsará el desarrollo económico de la provincia. Asimismo, explicó que la obra conseguirá superar la visión "excesivamente localista que hay sobre las inversiones estatales, y darnos cuenta de que las obras de interés general terminan beneficiando a Castellón".