El alcalde de Morella, Ximo Puig, se ha marcado ya un reto como aspirante a ocupar el cargo de secretario general del PSPV: conseguir que las distintas familias socialistas que hay en Castellón limen sus asperezas y consigan ir de la mano para lograr un partido "más plural y fuerte".

Pese a la conocida división interna entre lermistas y sevillistas, Puig ha asegurado a este periódico que "sí que es viable buscar el consenso a través del diálogo". De hecho, incluso ha apuntado que él estaría dispuesto a liderar a un equipo de personas "en el que ocuparan un puesto relevante" aquellos que no son afines a sus ideas. El mandatario de Morella ha ido más lejos y ha señalado directamente a los sevillistas al afirmar que "mi postura es la de alguien que pretende una integración absoluta, y por eso no me cuesta reconocer que voy a contar con todo el mundo que esté dispuesto en el proceso que ahora comienza en el PSOE".

En esta línea, Puig ha añadido que "aquí no sobra nadie, más bien sucede lo contrario, falta gente en la formación". Además, ha indicado que el PSPV debería ampliar las fronteras del partido para así lograr hacer un espacio a aquellas personas que no son militantes, pero que tienen interés en aportar parte de su trabajo. "La movilización social es imprescindible si realmente queremos hacer las cosas bien, y para llegar a ese punto hace falta que la gente empiece a olvidarse de las etiquetas", ha dicho.

Puig ha agradecido el apoyo que le han mostrado, a través de Mediterráneo, la mayoría de secretarios comarcales del partido tras su anuncio de optar a liderar el PSPV, "porque la verdad es que me da más ánimos".

MEJORAS El edil ha declarado que para renovar el partido "se han de revisar las ideas y se tienen que proponer nuevas fórmulas de trabajo para los dirigentes". Uno de los objetivos es que su formación se convierta en la Comunitat, "en un instrumento que esté en manos de los ciudadanos para que se pueda conseguir mejorar la sociedad y el día a día de todos".