La salud de la lectura en valenciano en la Comunitat no es todo lo buena que cabría desear. Los datos son claros y, tras una subida en el año 2006, en el que se pasó del 4,5% de lectores habituales u ocasionales en valenciano al 5,7%, en el pasado año, esta cifra descendió más de dos puntos y se situó en el 3,6%

Esta tendencia es única en las comunidades españolas con lengua propia, ya que en Cataluña y Baleares, País Vasco y Galicia se han ganado lectores respecto a los últimos años. Las cifras analizadas nacen de un estudio de la Federación de Gremios de Editores de España, que ha elaborado un barómetro de lectura y compra de libros en el 2007.

EL MENOS MALO Como consuelo, a la provincia de Castellón le queda el honor de ser, según nuestros libreros y bibliotecarios, la que más libros en valenciano consume --de forma porcentual-- en la Comunitat. Y es que ese 3,6% se eleva algo en tierras castellonenses, y aunque las cifras no llegan todavía a los niveles deseados, el crecimiento de lectores en nuestra provincia es lento pero constante.

Un ejemplo son los datos de la Biblioteca Pública de Castellón, que ha pasado del préstamo de 4.101 libros en valenciano en el año 2005 a los 133.088 préstamos totales, una cifra superior a la media de la autonomía.

Los libreros también confirman esa tendencia. Así, Mauro Gómez, gerente de la librería Plácido Gómez, declara que "la lectura en valenciano no crece todo lo que sería deseable, pero se mantiene bastante bien".

LA HABITUACIÓN Gómez explica que la habituación al castellano es un factor a tener muy en cuenta a la hora de elegir una obra por parte del cliente. "Hay hablantes habituales de valenciano que, a la hora de escoger un ejemplar, prefieren la edición en castellano. Es una tendencia instalada en la sociedad hace mucho tiempo", afirma.

Ismael Bonet, gerente de la librería Argot, también apunta al problema de la habituación como causa de la situación, y habla de un perfil de lector en valenciano "muy fiel; si puede, lo lee todo en su lengua". Bonet afirma que ellos hacen todo lo que está en su mano para crecer, pero llegan hasta donde pueden. Precisamente para llegar más lejos, Pere Duch, gerente de la librería Babel de la capital de La Plana, reclama mayor ayuda institucional. "La implicación de la Genereralitat Valenciana en el tema brilla por su ausencia; han habido ayudas para rotular en valenciano y para los editores, pero a las bibliotecas y a las librerías nos tienen abandonados", dice.

Para Duch, dejar decidir a la empresa privada acabará por arrinconar al valenciano, ya que "económicamente, los libros en castellano se venden mucho más, por lo que se apuesta por estos en perjuicio de aquellos escritos en valenciano", según el gerente de la librería Babel.