La Iglesia de San Miguel, situada en la calle de Enmedio de Castellón, estuvo de actualidad, en aquella semana de marzo, debido a su mal estado de conservación. Cerrada desde principios de los años setenta, estaba incomprensiblemente inutilizada para el culto por parte de la Diócesis de Segorbe-Castellón que, de esta forma, eliminó uno de los templos más entrañables para los castellonenses. Pero también, en aquella misma semana, la Caja de Ahorros de Valencia anunció su intención de llegar a un acuerdo con el Obispado para adquirir el viejo templo y destinarlo a auditorio municipal de música.