Castellón ha reducido en un 60% la cifra de atropellos mortales en lo que llevamos de año respecto a los que se sucedieron en el 2007, según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico. Así, este año, cuatro personas han fallecido al cruzarse por su camino un vehículo. En cambio, durante el ejercicio anterior fueron 10 los viandantes con resultado de muerte en carreteras y calles.

La gran diferencia de este año sobre el pasado es que ninguno de los accidentes tuvo lugar en cascos urbanos; todos los siniestros se produjeron en carretera. En estos espacios, según fuentes especializadas, no existen normalmente pasos de peatones por lo que cruzar estas vías supone "un gran riesgo y los descuidos suelen acabar en muerte".

Este año, las carreteras implicadas fueron la CV-16 --kilómetro 3,900--, la CV-132 --kilómetro 0,200--, la N-340 --kilómetro 1049,200-- y la A-23 --kilómetro 59,900--. En el 2007, se sucedieron atropellos mortales en estos viales, así como también en la CV-15 y en la A-23 --con seis muertos--y en los municipios del Grao de Castellón, Burriana y Les Coves de Vinromà --con cuatro viandantes fallecidos--.

Y es que, según los expertos consultados, "la gran mayoría de atropellos fatales se producen fuera de los pasos de peatones, lo que demuestra el escaso respeto de los transeúntes a las zonas delimitadas para cruzar una vía". Y añadieron que "el perfil del atropello mortal revela que mucha de la culpa es de los peatones, que atraviesan la carretera por un lugar equivocado, aunque se dan casos de negligencia de los automovilistas, sobre todo en aquellos supuestos en los que se produce un accidente y la persona que auxilia acaba siendo embestida por otro vehículo".

Los especialistas recalcan que la legislación no especifica que el conductor debe reducir la velocidad para ceder el paso al peatón y que hay una carencia de material reflectante para bandas, que evitaría atropellos.