El pediatra José Vicente Rochera atiende, como muchos otros especialistas, cada vez más casos de sobrepeso y obesidad infantil en su consulta de Vila-real. A la hora de valorar el problema desde su experiencia, acude al término "desesperante" para explicar su impotencia ante lo que considera una enorme dificultad para lograr resultados positivos.

Rochera, quien considera que la clave está en que "los niños deben moverse más y en la sociedad actual apenas tienen actividad física", explica: "Atiendo a unos 15 niños a los que controlo mensualmente y, la verdad es que no hay manera de lograr resultados sólidos; la mayoría pierde un kilo en dos meses, pero no se logra cambiar el estilo de vida".

En este sentido, el especialista en salud infantil añade que "el papel de los padres es fundamental, primero porque deben enseñar a sus hijos a tener buenos hábitos alimenticios, que pasan, entre otras cosas, por no comer chucherías, y sí frutas y verduras, hábitos que deben tener también los padres para que los pequeños puedan adquirirlos. Los padres quieren chucheríashacer algo".

José Vicente Rochera asegura, no obstante, que "los padres también son hoy más sedentarios y, últimamente, he llegado a la convicción de que es casi peor la falta de movimiento que no comer verdura o tomar poco pescado, porque he observado que los niños con sobrepeso comen igual o menos que los más delgados, pero con la diferencia de que suelen picar.

El pediatra abunda en este argumento al indicar que "a partir de los cinco o seis años, el movimiento deja de ser el juego". A estas circunstancias se suma el hecho de que, a menudo, el padre y la madre trabajan y los pequeños pasan mucho tiempo con los abuelos, que continúan en muchos casos con la mentalidad de que comer mucho es bueno.

Otro factor que Rochera considera muy importante está en todo lo relacionado con el comedor escolar. En cuanto a los menús, afirma que "se podría hacer más para que fueran óptimos, pero lo cierto es que se va avanzando; me preocupa más que las personas que atienden a los niños mientras comen ofrezcan una segunda ración sin valorar que no se necesita, y menos en los casos de tendencia al sobrepeso".

Hasta aquí, todos los aspectos más negativos que desbordan al especialista porque escapan a su control. Sin embargo, el pediatra valora de forma positiva el hecho de que "por primera vez, los padres de bebés comienzan a estar preocupados por el peso de los más pequeños, se van mentalizando de que no se trata de poner a dieta a un niño de meses, pero que sí es bueno controlar su alimentación para que sea saludable", por lo que espera que, "en el futuro, la situación cambie".