Dos estudios que publica Nature revelan la existencia de nuevas regiones en el genoma que indican la predisposición genética a sufrir cáncer de mama y cuyo conocimiento puede permitir una mejor política preventiva de la enfermedad.

La susceptibilidad de las mujeres a padecer este tipo de cáncer tiene que ver con factores medioambientales y de estilo de vida --dieta, consumo de alcohol y tabaquismo--, pero también hay un componente de herencia. Hasta ahora se ha constatado que la frecuencia de cánceres de pecho se dobla en mujeres en los que hay casos previos en la familia, en un primer grado de consanguinidad, en relación con las féminas que no tienen un historial familiar de esta enfermedad. El cáncer es la principal causa de mortalidad en el mundo, según la OMS.