La inamovible negativa del Gobierno a ceder el edificio de la antigua Comandancia de Marina provocará que los viejos lavaderos sean la sede definitiva del Museo del Mar. El Ayuntamiento y la asociación pretendían trasladar las piezas allí al ser un inmueble más grande.

Sin embargo, el Gobierno no ha cedido a las presiones ejercidas en los últimos meses --con recogida de firmas incluida-- y mantiene su intención de transformar la Comandancia en un retén del Cuerpo Nacional de Policía. Aseguran que no reúne condiciones para ser museo.