Castellón ha sido una ciudad de servicios desde su fundación en la Edad Media. El propio Rey Jaume I concedió a los primeros pobladores el privilegio de celebrar ferias que con el tiempo se consolidó en la tradicional feria de Todos los Santos. La ciudad se articuló alrededor de dos ejes comerciales, las calles Mayor y Enmedio y la plaza Mayor que desde siempre ha sido el lugar de mercado. La consecución del título de capital de provincia, otorgado bajo el gobierno liberal de la Reina Isabel II, consolidó a Castellón como centro de las relaciones comerciales en todo el norte de la Comunitat Valenciana.

La estructura comercial de la ciudad obedeció a un patrón tradicional, con pequeños comercios de alimentación, textiles y de complementos. Así ocurrió hasta principios de los años setenta cuando se abrió en Castellón la primera gran superficie comercial que fue Simago Presunic, una firma francesa que iba a revolucionar con su entonces supermercado la oferta comercial. A finales de los años ochenta, Leopoldo Monfort, un gran empresario castellonense, abrió entre la calle Vera y la calle Enmedio unos grandes almacenes que trataron de emular a El Corte Inglés o las Galerías Preciados. Se trató de Lemon, cuya cafetería en la última planta del edificio, se convirtió en un lugar de moda para los jóvenes castellonenses.

Pero la gran revolución comercial iba a llegar a principios de los años ochenta, bajo el gobierno socialista del alcalde Antonio Tirado que dio licencia para la implantación en la ciudad de dos hipermercados, una nueva fórmula comercial que revolucionó y cambió para siempre la estructura comercial de Castellón. Alcampo, junto a la antigua carretera de Ribesalbes, fue el primero de estos grandes espacios comerciales que se construyó en Castellón en unos terrenos propiedad de la familia Boera. El segundo hipermercado se levantó en la avenida del Mar, fue Pryca. Ambos espacios fueron de capital francés, que es líder en sector comercial de alimentación y grandes superficies.

Alcampo inauguró sus instalaciones en aquella segunda semana de junio del año 1985, en un acto que presidió el alcalde, Antonio Tirado, que protagonizó el gran cambio comercial de Castellón. Muchos pequeños comercios no iban a aguantar la competencia de esta nueva oferta. H